Disponible en descarga gratuita Cuadernos de Viaje - Oriente Próximo, el libro con nuestras aventuras en Jordania, Siria e Israel.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Bloqueados

Bucear entre tiburones no suena una experiencia agradable. Estar en una jaula de metal rodeado de tiburones es otra cosa: ver cómo se comportan desde la seguridad de los barrotes (a pesar de que en Tiburón, Steven Spielberg, la jaula no servía de mucho…). A los marineros de la II Guerra Mundial se les explicaba que, en caso de hundimiento, si observaban que había tiburones en las aguas en las que flotaban lo que tenían que hacer era moverse y hacer ruido.

Una forma estupenda de llamar la atención de los escualos.

Con los años el estudio de los tiburones ha arrojado datos curiosos, como el de la inmovilidad tónica. ¿Quién podría esperar que un humano consiguiera paralizar a un tiburón? Resulta que es más sencillo de lo que parece. Los tiburones, y otros animales (mamíferos, reptiles y aves) frente a una estimulación sensorial muy grande, ven bloqueada su capacidad de respuesta quedando casi hipnotizados de placer o de miedo. En el caso de los humanos también se ha descrito, normalmente en situaciones de trauma relativas a agresiones físicas o sexuales.

Resulta que los tiburones y las avestruces tiene en común más de lo que parece. En ambos casos la estrategia defensiva se basa en “ignorar la amenaza”. Los tiburones se quedan paralizados, puede que para camuflarse, para pasar desapercibidos frente a otros animales que siguen moviéndose… La avestruz asume que si ella no puede ver la amenaza, la amenaza tampoco puede verla a ella, con lo que lleva al extremo el refrán: “Ojos que no ven, corazón que no siente”.

Como decía, no sólo frente a una amenaza alcanzan este estado, también frente a una situación placentera. Los tiburones cuando son colocados con la panza hacia arriba o con la aleta caudal apuntando al fondo no puede evitar esta inmovilidad tónica, lo que facilita su estudio desde barcos y proporciona imágenes impactantes como estas.

Hay que tener cuidado. Los tiburones necesitan moverse para “respirar” con lo que mantenerse en un estado inmóvil no es nada recomendable para ellos.

Más info: A pesar de los pesares!!

viernes, 25 de noviembre de 2011

Rescate en el tiempo (1999 - 1357)

Michael Crichton, una persona francamente polifacética, médico, escritor, director de cine… Rescate en el tiempo (1999 – 1357) fue escrita en ese 1999 del título. Casi 10 años después de su Parque Jurásico, y seis después de que se convirtiera en fenómeno de masas tras la adaptación cinematográfica de Spielberg. Como en casi todas sus novelas hay un componente técnico y una trama thriller.

Siguiendo los últimos avances de la física cuántica una empresa privada está trabajando en una máquina del tiempo. De cara a la opinión pública la empresa financia unos trabajos arqueológicos en la zona de la Dordoña francesa. La unión de los dos proyectos llega de la mano de la necesidad de financiación (la crisis… qué mala es). Para conseguir más inversores, ITC (la empresa privada), decide hacer una prueba de campo de la tecnología del viaje en el tiempo para “ayudar” a la excavación. La idea es trasladar a los arqueólogos al año 1357 en esa misma región, de manera que puedan ver cómo era la vida en directo y comprendan mejor los restos encontrados.

Crichton nos muestra una de esas paradojas de los viajes en el tiempo. El profesor Edward Johnston, el director de las excavaciones y conejillo de indias, queda atrapado (estas cosas siempre se deben a un accidente) en el siglo XIV, pero les hace llegar un mensaje a sus compañeros de excavación que lo descubren, entre los restos, más de 600 años después.

Algunos de sus compañeros no dudan en “saltar” a rescatarle. Todo esto mezclado con intrigas económicas y empresariales, por si la Guerra de los Cien Años no fuera suficiente.

Una novela tan divertida como Crichton nos tenía acostumbrados, que acerca la física cuántica y la teoría del “multiuniverso cuántico” al gran público mientras le mantiene entretenido.

Otros libros de Michael Crichton: Next.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Quiero salir de aquí

- ¿Hay alguien ahí?

Lo único que llegaba a sus oídos eran conversaciones que no entendía. El sonido llegaba claro. Había gente cerca. No entendía las conversaciones pero sí las palabras. Ellos debían entenderle a él. Pero no recibía respuesta.

Tenía la mirada fija en la pantalla. Las cosas se movían rápidamente pero no sabía qué eran. ¿Estaba realmente mirando?

Notaba la silla. Su asiento soportando su cuerpo. Era capaz de sentir en qué punto terminaba el asiento y hasta donde llegaba el respaldo. Pero seguía sentado. ¿Estaba realmente tratando de levantarse?

Empezaba a dudar de que oyera su voz cuando gritaba. Le llegaba el sonido de las conversaciones, de las teclas de los ordenadores, las ruedas de los ratones, el repiqueteo pensativo de los dedos sobre las mesas… pero no su voz. ¿Estaba realmente gritando?

Sus dedos estaban apoyados en las teclas. Sentía cómo se movían veloces mientras escribía pero no sabía qué estaba escribiendo. ¿Eran los demás conscientes de que estaba allí?

De pronto notó un movimiento. Al otro lado de su monitor, justo en la esquina de su visión periférica. Alguien se había levantado. No era la primera vez que veía a alguien levantarse desde que estaba allí (¿Dónde estaba?), pero algo le hizo pensar que esta vez era diferente. Hacía más movimientos que en otras ocasiones. Se estaba poniendo un abrigo. ¡Iba a escapar! ¿Se podía escapar?

En lugar de esconderse para que nadie le detuviera en su intento, saludo a todos con un "¡Hasta mañana!"

¿Hasta mañana? Pudiendo escapar estaba dispuesto a volver mañana…

[¿Hay algún psiquiatra en la sala? Si lo hay, no hace falta que diga nada, ya lo sé…]

lunes, 21 de noviembre de 2011

Lo hemos conseguido

Un par de fines de semana, varias horas de clase teórica, un examen, dos largas inmersiones en piscina (aguas confinadas, el término técnico) y cuatro inmersiones en el mar (aguas abiertas), dan como resultado ser los orgullosos poseedores de un título Open Water Diver de PADI, lo que nos permite hacer inmersiones de hasta 18 metros de profundidad. Y 18 metros son muchos metros, ayer lo comprobamos.

Este fin de semana hemos estado en Calpe. A pesar de que cada vez que recordábamos el frío que habíamos pasado en la piscina (y eso que era de agua climatizada) pensábamos que estábamos locos y que íbamos a morir congelados en el mar, tengo que decir que ha hecho un tiempo estupendo. Incluso sólo con el bañador cuando nos quitábamos el neopreno al acabar no se estaba mal.

El agua estaba, según nuestro instructor, Alex (qué vida más intensa la de este hombre), a 20 grados centígrados. Pero esta vez usamos un neopreno largo de 5 mm de espesor y, sobre éste, otro neopreno corto de 3 mm, frente al único de 3 mm que llevábamos en la piscina.

Tuvimos suerte, aunque a estas alturas del año es relativamente normal, de ser poca gente en el curso. En Calpe estuvimos cinco y dos instructores, Alex y Carlos el domingo, Christian estuvo con nosotros el sábado con Alex también.

Nuestra escuela de buceo: Dive&Dive. Muchas gracias a los instructores tanto de Madrid (Carlos y Alberto) como a los de Calpe (Alex, Christian y Carlos).

viernes, 18 de noviembre de 2011

Cómo descubrimos los números

Isaac Asimov, bioquímico y escritor de ciencia ficción, historia y divulgación científica.  Cómo descubrimos los número, un libro de divulgación, de hecho se trata más de un ensayo que de un libro propiamente dicho. Poco más de veinte hojas en las que nos explica cómo llegamos a necesitar los números para llegar al punto en el que estamos.

Hasta que el número de cosas a contar superó con creces los dedos de las manos no hubo necesidad de llegar más lejos. Asimov nos explica el proceso: cinco, diez, dos veces cinco, tres veces cinco…  Ya que este ensayo fue escrito en 1977 supongo que Jean M. Auel lo seguiría a la hora de explicar cómo contaban los Zelandoni en la saga de “Los hijos de la tierra”.

No sólo es fácil de leer, sino que es entretenido y además aprendes. ¿Qué más se puede pedir? Ah, sí, que sea gratis, ¿no?

He buscado un enlace a una librería que lo vendiera pero no lo he conseguido. Sólo lo he encontrado en epubgratis.me para descargar en formato ePUB, aquí.

lunes, 14 de noviembre de 2011

A la búsqueda de Bob

Hace ya dos años, cómo pasa el tiempo, cuando nos planteamos el viaje a Sudáfrica incluyendo el “baño” en jaula con el gran tiburón blanco lo primero que preguntamos era si había que tener algún tipo de titulación de buceo. En ese momento nos dijeron que no. Una vez allí, visto cómo era, estaba claro que no hacía falta. No había equipo autónomo. Sólo un traje de neopreno, una máscara y un tubo. Para hundirse te daban un cinturón de plomos y ya te encargabas tú de agarrarte a los barrotes para obligarte a bajar.

De cualquier manera nos surgió la duda, la pregunta de si merecería la pena sacarse el título por si en algún otro de nuestros viajes había más cosas que ver bajo el agua, sin descuidar nunca la superficie que es nuestro hábitat natural.

Hemos necesitado dos años (lesiones, viajes, complicaciones varias… ) para empezar. Sólo empezar. Este fin de semana hemos dado el primer paso: el primer fin de semana en aguas confinadas (vamos, en piscina), junto con el examen teórico. El examen teórico se ha superado pero la parte física está dando más quebraderos de cabeza, nunca mejor dicho. Mi habitual congestión nasal, unida a mi faringitis crónica, parece que se puede convertir en un obstáculo. Ayer ya volví con la cabeza como en una burbuja y esta mañana no se había recuperado del todo cuando ya había que volver a entrar.

Si la cabeza sigue en esta línea de presión y la nariz tapada Bob puede estar tranquilo porque será difícil que encuentre su casa debajo del mar… De todas formas seguiré intentándolo y el primer paso será el fin de semana que viene que nos vamos a Calpe a probar la inmersión en aguas abiertas.

¿Algún buceador entre el público con alguna sugerencia?

viernes, 11 de noviembre de 2011

Historia de España contada para escépticos

Un libro de historia que te hace disfrutar de la Historia. Contado casi como una novela histórica: con ritmo y con giros de argumento, pero basado en la historia definitivamente y no usándola como un extra para situar la acción inventada en algo reconocible por la gente. Juan Eslava Galán nos acerca una versión entretenida de la Historia en este libro, Historia de España contada para escépticos, de 1995, aunque reeditado en 2010. Bajo el pseudónimo Nicholas Wilcox escribe novelas de ficción histórica, lo que explica su ritmo en las de no ficción.

Desde la prehistoria en la península hasta Zapatero. Pasando por todos los momentos de nuestro país. Por el camino se encarga de desmontar gran cantidad de mitos muy extendidos gracias a la enseñanza regulada por Franco que mostraba una España grande y atacada por todos, frente a una realidad plagada de equivocaciones y de gobernantes ineptos. Sin dejar pasar la ocasión de mostrar citas famosas y no tan famosas que explican muchas cosas.

Según palabras del autor “no pretende que sea veraz, justa y desapasionada, porque ninguna historia lo es”. Al menos intenta serlo. La historia la escriben los historiadores (concretamente los pagados por los vencedores) y la padece el pueblo.

Un libro más que entretenido y didáctico. Una mezcla perfecta para aprender sin aburrirse.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Otra vez Extremadura

Este fin de semana hemos añadido un salto más a la colección. Ya habíamos estado antes en Extremadura varias veces, la última el año pasado viendo los cerezos en flor, pero también hemos visitado Mérida, Cáceres, Trujillo, la Vera… Es una de las comunidades autónomas que más veces hemos visitado y que cada vez nos sorprende con alguna cosa.
En esta ocasión nos ha sorprendido con la Puebla y Villa de Guadalupe, como fin de fiesta a un fantástico fin de semana organizado por YokmoK, TurExtremadura y NatRural que nos ha llevado a plantar árboles para reforestar una zona devastada por un incendio en 2005, a conocer el Geoparque Villuercas, Ibores, Jara y a visitar una bodega de Cañamero, el pueblo en el que nos hemos alojado.
En SaltaConmigo ya hay un pequeño resumen de lo vivido, que será completado en cuento acabe el diario del viaje a India.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Los caminantes: Necrópolis

Tras la primera novela de Carlos Sisi, Los caminantes, nos deleitó a todos con una continuación: Los caminantes: Necrópolis. Publicada un año después retoma la historia de los personajes en el mismo punto en que los dejó, pero no es sólo una “continuación” también incluye nuevos personajes y nuevas tramas.

El padre Isidro pasa de ser el personaje más odiado del libro a convertirse en un simpático loco con la aparición de un nuevo grupo de humanos.

La vida en el polideportivo Carranque sigue siendo casi idílica. Con la captura del padre Isidro y gracias al estudio de su sangre, se ha encontrado una especie de bloqueante frente a los zombies. La primera persona que lo probó, para descubrir los efectos, es Juan. Esta segunda parte del libro cuenta lo que ocurre durante su búsqueda de más ayuda, tanto en su propia búsqueda como en la vida de los demás habitantes de Carranque.

Juan llega a un puesto militar en el que descubre mucha información relativa al virus, su historia, los intentos de controlarlo, etc. En su viaje encuentra otra comunidad de supervivientes cerca del aeropuerto.

Toda la acción, que es mucha, se desarrolla un un par de días pero, el hecho de que la trama se desdoble al separar a varios de los protagonistas, la cantidad de cosas que suceden es enorme. No hay un segundo de pausa en la lectura, que, a poco que seas aficionado a la acción y al thriller, te engancha desde el primer momento. Hay zombies, es evidente, pero incluso si no te interesan el libro merece la pena.