El pasmo de Palermo

El pasmo de Palermo (1.998), de Vincenzo Consolo, escritor siciliano.

Relata el intento de un padre de conocer a su hijo, mezclándose con los recuerdos del padre de la guerra y el sentimiento de culpa que tiene al pensar en lo mal que está el país que le deja a su hijo.

Me acerqué a él más que nada por la parte de Palermo, porque me gustó mucho la ciudad cuando la visitamos, pero, a pesar de que ayer fue el Día Internacional del Libro (y de los Derechos de Autor, que tiene miga), debo reconocer que no he sido capaz de acabarlo. Lo que me duele más es que el libro tiene sólo 128 páginas, y ni por esas. Trataré de recuperarlo en algún momento y llegar al final (me faltan menos de 50 hojas, poco menos de la mitad, la verdad), pero es que está lleno de frases como ésta:

Cambiaban, se deformaban los rostros colgados entre las estanterías y el techo, desaparecían sonrisa, bonhomía, profundidad, tormento, serenidad, entusiasmo, comprensión, condescendencia; se leían bajo las máscaras de aquella galería de escritores vacuidad, astucia, vicio, rencor, presunción, idiotez... un viento los arrastró.

Volveré cuando tenga más capacidad de concentración. Las últimas elecciones literarias no han sido muy positivas, ni La soledad del corredor de fondo ni El corazón de las tinieblas han conseguido obligarme a leerlos por placer y me he obligado a leerlos por no dejarlos... pero con éste no he podido.