Disponible en descarga gratuita Cuadernos de Viaje - Oriente Próximo, el libro con nuestras aventuras en Jordania, Siria e Israel.

lunes, 12 de enero de 2009

Oriente Próximo (XXI)

Jueves 20/11/2008

Vamos a la explanada de las mezquitas. Salimos antes de las siete de la mañana que aquello abre a las siete y media y prevemos que ya habrá cola. Tardamos menos que ayer en llegar (la práctica y que vamos más rápido) y a las 7:08 ya estamos allí, los primeros. Después de haber pasado el control de seguridad pertinente para atravesar la zona del muro de las lamentaciones.


Puntuales abren a las 7:30. No se puede ni abrazarse ni besarse allí, pero no dicen nada de saltar. La explanada es enorme. Tratamos de entrar en la primera mezquita, a la derecha de la cúpula de la roca. Según nos acercamos nos llaman la atención, que sí, que sabemos que hay que quitarse los zapatos. Pero siguen llamándonos. Resulta que en esta mezquita no se puede entrar, ni casi hacerle fotos, incluso desde fuera. Esto parece descartar por completo la posibilidad de entrar en la grande.

La cúpula de la roca es una cúpula dorada que está en lo alto de la mezquita de dos plantas. La de arriba decorada totalmente con azulejos azules, verdes y dorados y la de abajo con mármol con formas geométricas en negro y verde. Desde fuera oímos que están rezando, lo que hace más difícil aún que nos dejen entrar. Y no nos dejan. Damos una vuelta viendo todas las fuentes de abluciones y otras construcciones. A lo lejos se ven iglesias cristianas y al otro lado del muro el monte de los Olivos, con la basílica de la Agonía y la iglesia de María Magdalena.


Tampoco hay mucho más que ver así que nos vamos al muro a ver si podemos ver a judíos tradicionales, con su vestimenta y sus trenzas, rezando. Vemos bastante rezando. Después de las fotos en el muro subimos a la terraza. Sara entra otra vez en la zona muro (nuevo control) para ir al baño mientras yo espero arriba. Como estoy un rato solo arriba parece que alguien ha pensado que puedo ser peligroso y aparece un chaval vestido con vaqueros y camiseta con un fusil colgado al hombro. No es una ametralladora, que a estas alturas ya casi me he acostumbrado, es un fusil de un disparo. No sé cómo reaccionar. Si me voy puedo parecer sospechoso, si me quedo también. Además lo que más me "preocupa" no es que me haga algo, porque con un rifle a esa distancia no es fácil, sino que se ponga a disparar hacia el muro y que los que estén allí empiecen a devolver el fuego sin mirar a quién. Cuando llega Sara debe pensar que no somos una amenaza y se va. Sara me cuenta que se ha encontrado con el neozelandés en el control, él entrando y ella saliendo. Ayer andando por la ciudad también nos cruzamos con la pareja italo-americana.


El cuarto judío es completamente distinto a los demás. Todo es nuevo aunque respetando la piedra y el diseño original de calles sinuosas. Aquí no hay ni zoco ni tiendas. Intentamos volver a la calle que lo separa del cuarto musulmán para ir al albergue, pero no hay manera. Parece que sólo hay una forma de entrar y salir de aquí. Así que damos la vuelta y volvemos por donde hemos venido. La calle que está al lado del cardus está elevada y hay alambre de espino para no entrar en el cuarto desde la principal.


Siguiendo por la calle principal encontramos, poco antes de llegar a la muralla, otra entrada al barrio judío. Debe hacer dos entradas, pero sí que está separado por completo del musulmán.

Pasamos por el albergue para preguntar por la tasa y el transporte. Nos dice que 130 por la salida y unos 25-30 por el transporte. La ciudadela, con la torre de David, está todavía cerrada. Son las 9:30 así que vamos a la oficina de información a confirmar el tema dinero. En la oficina, el de hoy, más simpático, dice que los taxi-bus salen de la puerta de Damasco, donde bajamos ayer, y que no cree que sean más de 10 NIS por cabeza... pues ayer fueron 34. La tasa de salida se la pregunta a la "simpática" de ayer: 146 NIS por cabeza por nuestra salida, por cualquier otra frontera son "sólo" 85. El caso es que vamos a palmar unos 30 euros para salir del país.

Nos acercamos a la puerta de Damasco buscando la parada de los taxis y para confirmar el precio. Nos cuesta un poco localizarlos porque están en un patio trasero pasada la estación palestina. El precio es de 30 por cabeza y salen cada media hora, sin esperar a que estén llenos.


Volvemos al hostal, si sales después de las 11 tienes que pagar un día más. Ya han "limpiado" la habitación. Habíamos dejado a Okihita recogida, pero allí. Pensamos si ir o no a la ciudadela y a la torre de David con el museo de Jerusalén. Nada en esta ciudad parece auténtico y la torre tampoco. Ciudadelas ya hemos visto varias así que nos vamos a la estación. De camino cambiamos otros 50 euros. Ya tenemos los 352 que nos hacen falta entre taxi colectivo y tasa de salida. El euro ha subido, ayer nos dieron 4,89 por cada euro y hoy 4,91.

Llegamos a la estación de taxis a las 11:01, a tiempo de ver cómo se va el de las 11. El de los billetes parece que habla con el conductor por la radio y nos dice que ahora sale. El precio son 60 NIS por los dos, pero la mochila son 3 más. Ya empieza a estar justo el tema dinero, es posible que haya que coger de las monedas guardadas para la colección de recuerdo.

Después de diez minutos preguntamos al de los taxis que cuándo es "ahora" y nos dice que máximo 20 minutos, a las 11:30. ¿Por qué antes dijiste que "ahora" en lugar de decir que el próximo sale en media hora? ¡Si tenemos que comprar los billetes igual! A las 11:45 seguimos allí sentados. Nos dice que en cinco minutos. Sara le dice que a cuánto equivalen en tiempo occidental cinco minutos israelíes. Según él, a cinco minutos exactamente.

Esta vez es verdad. Sale el taxi, pero da una vuelta para recoger primero algo en otra oficina de la compañía. Luego otro rato esperando a que llegue una pasajera que viene en otro taxi. Al entrar llena el maletero con todo el equipaje que lleva, supongo que habrá pagado casi más en bultos que por su billete. Aunque habrá pagado menos porque no es occidental.

Llegando a la frontera piden los pasaportes, control de bajos del taxi y pregunta si llevamos armas. La verdad es que, visto lo visto no me extraña que pregunten, parece que en Israel todo el mundo tiene un arma.

Frontera israelí. La tasa de salida son 150,5 NIS, los 146 que nos habían dicho y 4,50 NIS de tasa de la tasa. Más de 30 euros para salir. Alguien tiene que pagar todas las armas. Otra vez hay algunos con metralleta y sus chinos y polos. Adiós a las monedas de la colección. Hacen falta casi todas, sólo nos sobran 3 NIS. Lo cierto es que tampoco me hace tanta ilusión un recuerdo de Israel y ya me llevo el sello en el pasaporte. No nos ha gustado nada: Tremendamente masificado con hordas de turistas y lleno de tiendas de recuerdos y falsos sitios históricos en los que la gente se deja un dineral y las rodillas. Jesús fue crucificado como un ladrón y la religión cristiana no tuvo fuerza hasta unos 300-400 años después. Es imposible que los lugares por los que pasó se mantuvieran, que la piedra del sepulcro se sepa cuál era, que la sala de la última cena se localizara y se mantuviera en pie... pero supongo que en ese se basa la fe. Como creer en la sábana santa o en los trozos de la Lignum Crucis. Además todo está lleno de controles de seguridad y de chavales que no parecen tener edad para conducir armados hasta los dientes. No me parece un destino muy recomendable, ni a los más devotos cristianos.

Cogemos el autobús que nos cruzará el puente hasta Jordania. No hemos visto un río por ninguna parte debajo del puente, aunque en teoría hemos cruzado el Jordán. A mitad de puente, control jordano. Todos con nuestros visados sin problemas, excepto uno que parece no tenerlo. Para entrar en Jordania por cualquier otro paso fronterizo no hace falta visado, te lo hacen en el momento. Pero por esta frontera no, aquí no hacen visados. Debería haberse informado. Su amigo sí lo lleva pero baja con él, para subirse al autobús que los vuelve a llevar a Israel. No pensamos que les vayan a devolver los 150,5 ni de broma.

En la frontera jordana nos cobran el autobús, si no tienes JOD en NIS o en euros o en dólares, lo que sea. No hay problema, el que cobra lleva una calculadora. Otros 7 JOD, 3 por cabeza y uno por la mochila, que se van, con nuestros pasaportes, que no hemos vuelto a ver desde el control. En la ventanilla de la frontera nos los van devolviendo. Como no pusieron sello a la salida ayer al ir a Israel (para Jordania no salimos del todo del país porque esa zona la consideran Cisjordania, "parte" de su país) no hay sello de entrada. Lo ponen otra vez en un papel aparte.

En la salida están como lobos ofreciendo taxis a Amán. Al Farha Hotel nos piden 20 JOD, lo que nos cobró Ali por venir. Preguntamos a dos que han cruzado la frontera con nosotros si lo quieren compartir, pero nos responden que un coche irá a buscarles. Nos preguntaron en el bus cuánto tiempo hemos estado en Israel, les dijimos que nosotros sólo habíamos estado un día. Después preguntaron cuánto tiempo lleva pasar la frontera al revés, y cuando les respondemos que nosotros entre unas cosas y otras tardamos cinco horas, parece que se les quitan las ganas de volver a entrar.

El taxista no habla mucho durante el viaje, pero es el primero que nos pregunta si nos importa que fume. Total aquí fuman todos así que le decimos que vale, sólo fumó uno. Llegando a Amán pide ver otra vez la dirección del hotel. Por suerte pedimos una tarjeta en árabe en la recepción, porque aunque habla algo de inglés no lo lee. De todas formas no se orienta mucho y pregunta un par de veces. Al final nos deja en una calle paralela.

De vuelta al Farah recogemos a los Symbios que estaban en la despensa bajo llave y subimos a la habitación. Son casi las cuatro de la tarde y comemos el paté que queda con unos crackers. Descansamos una hora y vamos a ver el teatro y la ciudadela de Amán. También tenemos que ver el cambio, sólo nos quedan 54 JOD.

A pesar de que sólo son las cinco todo está oscuro y sin iluminación. El teatro está céntrico y lo vemos desde fuera, ya está cerrado. Pero no nos da mucha confianza el barrio que hay que atravesar para ver la ciudadela y mañana vamos a los castillos del desierto, así que pasamos de la ciudadela y nos vamos a cambiar la moneda. En el rato que hemos estado en el teatro el euro ha pasado de 0,887 a 0,8815. Lo que fluctúa la moneda.

Buscamos otro restaurante que está cerca del hotel y encontramos una pastelería, Habibah, al lado. Recomendada también en la guía. Vemos una cosa con bastante buena pinta y nos dicen que ¡lleva queso! Adjudicado, está riquísima la combinación de la miel dulce y el queso fundido.

El restaurante que nos interesa está al lado, también está especializado en postres, pero son sólo las 17:40, un poco pronto. Nos vamos al hotel a hacer tiempo que no hay ducha hasta las 19:00 y luego ya veremos si salimos a cenar o nos amodorramos del todo. Mientras escribo esto Sara ya lleva una hora durmiendo, como casi siempre que me he puesto a escribir.

Tras la ducha salimos al restaurante Jerusalén. De allí venimos para ir a cenar esta noche. Esperamos que no nos pidan una tasa de salida también en el restaurante.
No tenemos mucho hambre después del bollo pero Sara ve yogur en la nevera así que tomaremos uno cada uno. Cuando entramos todo el mundo está comiendo y no dulces precisamente. Nos ofrecen kebak y pedimos uno de cordero sin ensalada y al preguntar por sopas, dice sopa de lentejas: ¡pues otra! A todo esto ya están aquí los yogures y el azúcar. Todo muy rico y sólo 5,40 JOD. El restaurante El Cairo es una mierda.

domingo, 11 de enero de 2009

Nieve en Madrid

A nadie le sorprenderá ya, porque en todos los telediarios lo han puesto una y mil veces (o eso imagino, porque no he visto ningún telediario). El viernes se pasó el día entero cayendo nieve en la capital y acabó por cuajar, cosa que no suele hacer con mucha frecuencia.

Subimos a la azotea a ver cómo estaba Madrid con la nieve, y después salimos a la calle a ver.




Eso sí, locos hay mucho y los del Equipo Gacelillas-Kalenji más que los demás. Así que, ayer y hoy nos hemos plantado en la Casa de Campo para darnos unas carreritas sobre la nieve. Que no se diga.

viernes, 9 de enero de 2009

En resumidas cuentas

El año pasado me gustó ver cómo en algunos sitios la gente hacía un resumen de lo que había hecho durante el año que había publicado en su blog. No es exactamente un crónica, porque para eso está el mismo blog, pero sí una especie de recordatorio de lo vivido.

Lo que yo vi era un listado de libros leídos durante el año, por supuesto comentados en el blog. Me pareció una buena idea, pero me llamaba más la atención llevado al entorno de viajes. Un listado de los viajes y los sitios visitados durante el año. Pensando un poco más se me ocurrió hacer un recorrido por esos sitios, un recorrido virtual ayudado de Google Earth. Sé que no todo el mundo tiene instalado Google Earth, pero al ser un programa gratuito no hay más motivos para no tenerlo.

Mapa de viajes de 2.008, Google Earth. Cuando se abra el Google Earth la lista de sitios aparece en la sección "Lugares", par que se mueva hay que dar al play de esa sección.

De todas formas éste es el listado de los libros:

jueves, 8 de enero de 2009

El laberinto griego

Pepe Carvalho recibe dos encargos simultáneos. Su fama traspasa fronteras y una pareja francesa llama a su puerta para que busque a un griego. El griego en cuestión, Alekos, es casi el marido de Claire y su fuga de casa la ha dejado destrozada. Su acompañante, que busca contratos de televisión en la Barcelona preolímpica, tiene sus propios motivos para ayudarla en su búsqueda. Al mismo tiempo un editor barcelonés quiere que Carvalho controle las salidas de su hija adolescente.

Vázquez Montalbán nos lleva de nuevo a las profundidades de Barcelona. Los barrios marginales que desaparecen durante la preparación de las olimpiadas. Artistas, vividores, malas compañías,... la fauna habitual de las novelas del detective. Carvalho ve como su mundo se tambalea ante la belleza de Claire que le descoloca y de la que no es capaz de alejarse.

Los libros de Carvalho, en general los de Vázquez Montalbán, son como los de Agatha Christie, nunca defraudan. Rápidos de leer y muy amenos, bien escritos y directamente en castellano, sin que la traducción pierda ningún giro. Una manera de conocer cómo era España hace unos años.

miércoles, 7 de enero de 2009

El año se acabó

No os podéis imaginar lo duro que ha sido levantarse esta mañana para venir a trabajar... conste que no es que el despertador haya sonado mucho antes que el resto de los días, pero es que ERA DE NOCHE.

La primera semana en Italia estuvo genial. Comer, dormir, descansar. Cierto que no empezó muy bien porque Alitalia decidió cancelar el vuelo de ida el día de antes, nos lo pusieron el domingo. Eso nos dejó con muchas dudas sobre la vuelta. Teníamos la vuelta el día 26 y el 28 el vuelo para pasar la nochevieja por ahí. Quién dice por ahí, dice en:


Todavía estoy aterrizando en el mundo después de 18 días de vacaciones. Como cuando estaba en el colegio.

A ver si me voy poniendo al día.

domingo, 28 de diciembre de 2008

Volando voy, volando vengo

Volvimos de Italia el viernes por la tarde y ya deberíamos estar otra vez montados en el avión de camino a nuestro destino de fin de año. Sí, somos de culo inquieto y todavía quedan un montón de sitios que visitar en el mundo... y este año hemos conseguido pisar bastantes de los que estaban en la lista.

Esta vez no habrá entradas programadas porque no he tenido tiempo de hacerlo. Volveremos como un regalo de reyes y continuaré con el viaje de oriente y espero que alguna otra sorpresa, que ya va siendo hora de hacer cosillas con el blog.

Un abrazo a todos y

FELIZ AÑO 2.009

jueves, 25 de diciembre de 2008

Feliz Navidad

Pues eso, que va tocando llegar al tema navideño, ¿no?

Desde la distancia, estoy en Italia desde el domingo (que luego no digáis que no sabéis en donde paro):

FELIZ NAVIDAD A TODOS

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Oriente Próximo (XX)

Miércoles 19/11/2008 (y 2)

Ya están pisando nuestros pies, tus umbrales Jerusalén. Allí está la muralla y la primera de las puertas. No tenemos ni plano ni nada. El hostal está cerca de la puerta de Jaffa, que creo recordar está cerca de la de Damasco. El neozelandés tiene una foto del mapa de la Lonely Planet. Paramos en la puerta de Damasco (no era la primera que vimos y casi nos tuvo que parar el conductor cuando salíamos todos) y vamos a buscar la que nos interesa: Jaffa.

Atravesamos la ciudad vieja. Esto es bastante decepcionante, es como una calle de playa llena de tiendas de recuerdos, pero la ciudad entera, al menos lo que vemos. En sus orígenes debía ser un zoco de los buenos, también cubierto, pero ahora es como Benidorm a lo bruto. Camino a la puerta de Jaffa pasamos por delante de la Iglesia del Santo Sepulcro, desde el exterior no llama en absoluto la atención, de hecho hay un cartel que lo indica pero no lo parece.


Localizamos el hostal y nos quedamos una doble con baño compartido por 180 NIS. No aceptan tarjeta de crédito y ya hemos pagado 68 (34 por cabeza) por el taxi así que tenemos que cambiar más. Nos indica un sitio con un cambio favorable: 1 euro 4,98 NIS.

Pagamos y vamos a la oficina de turismo que está al lado. La de la información no es demasiado amable. Nos da un plano y nos marca las divisiones en cuartos de la ciudad antigua: cristiano, armenio, judío y musulmán. Además de las “peleas” entre los barrios dentro de ellos también tienen lo suyo: católicos, ortodoxos, coptos, conservadores, ultra conservadores, liberales,... Nos marca un par de cosas más y nos da otra hoja con los horarios. La cúpula de la roca que está en la explanada de las mezquitas del cuarto musulmán, ya está cerrada hasta mañana. También hay un control de seguridad para entrar, ¿más?

Vamos al monte Sion con la tumba del rey David, la sala de la última cena y un museo del holocausto. Está fuera de la muralla. Lo único que parece real es lo del holocausto. La sala de la última cena es demasiado nueva y la tumba del rey David no es más que una tela de terciopelo azul cubriendo “algo”. A pesar de todo la gente se tumba literalmente sobre ella para rezar, hombres y mujeres separados por un biombo. Para entrar en la tumba aquí son los hombres los que se tienen que cubrir la cabeza. Hay kipás de papel para cubrirse y te piden educadamente que lo hagas.


La sala de la última cena:


El museo del holocausto. En su interior hay una lápida por cada una de las ciudades donde murieron judíos.


Entramos de nuevo en la ciudad antigua y nos acercamos a la ciudadela y la torre de David. Camino a la iglesia del Santo Sepulcro encontramos la Via Dolorosa.


Al entrar en la iglesia del Santo Sepulcro hay una especie de piedra en el suelo que todo el mundo toca. En realidad, más que tocar ponen bolsas encima y la rozan como para conseguir que les trasmita "santidad". No creo que sea nada "real" pero bueno, allá que voy a poner la mano también.


En la planta de arriba, al entrar a la derecha hay una escalera, hay unos mosaicos de la crucifixión, totalmente nuevos, y la gente pasa de rodillas bajo una especie de altar. Parece que alguno está donde no debe y el monje ortodoxo, que es un tipo de casi dos metros, cubierto con su túnica negra y el gorro negro y una buena barba, le echa una bronca que da hasta miedo verle la cara.


Abajo hay dos niveles más. En el primeo hay un montón de incensarios colgando del techo y un mosaico en el suelo, y en el de más abajo están excavando la estructura de la iglesia original.


Después de subir y rodear el ábside encontramos otra enorme sala circular acabada en cúpula. Lo único que hay en su interior es una gran estructura de madera a la que todo el mundo quiere entrar. La cola le da dos vueltas y visto el resto de cosas tampoco nos apetece quedarnos allí esperando para ver algo que dicen que es otra cosa.


Salimos con dirección al monte de los Olivos. El exterior de la iglesia, en el cuarto cristiano, sigue siendo tan zoco como lo demás y está lleno de tiendas de recuerdo. Digno de Benidorm. Nos cruzamos con la Vía Dolorosa que es también calle de zoco, las estaciones están frente a las tiendas, nos cruzamos con un grupo de italianos que lo están recorriendo, parándose a rezar. Nos cruzamos con el convento-iglesia de Ecce Hommo.


Para llegar a la Basílica de la Agonía (Getsemaní) hay que salir de la muralla por la puerta de los leones, la simpática de la oficina de turismo nos lo había marcado. La muralla es de los más curioso que ver en Jerusalén.


En el monte de los Olivos hay unos diez olivos milenarios, parece de los más original que hay en la ciudad. En mitad de los olivos está un equipo de grabación (cámaras, focos, reflectores,...) con un monje rodando algo que será un anuncio o similar y otro de los monjes haciendo fotos del proceso. La basílica es un poco decepcionante por circunstancias ajenas. Se levanta sobre los restos de una bizantina, que fue destruida por los musulmanes, que estaba sobre una más antigua, destruida por los romanos. El caso es que la que hay es de 1.920 y está construida con donaciones de todos los países del mundo.


Cerca, al otro lado de la calle, está la tumba de María. Hay que bajar un montón de escaleras. Todo el techo, incluso la zona de las escaleras, está lleno de incensarios colgando. También hay monjes ortodoxos tan impresionantes como el de la Iglesia del Santo Sepulcro. La "tumba" es una piedra en la que parece que se apoyó el cuerpo de la virgen. Está dentro de una estructura con otra cola de las grandes para entrar. Desde fuera se ve la piedra, hay un cristal, y sobre ella hay un montón de dólares de los turistas.


Detrás del Getsemaní hay una iglesia ortodoxa rusa, con sus cúpulas doradas. La iglesia de María Magdalena que está cerrada. Sólo abre un par de días a la semana. De todas formas seguimos subiendo el monte para tener una vista completa de la ciudad vieja.


Volvemos a entrar en la ciudad vieja por la puerta de los leones y nos dirigimos ahora al muro de las lamentaciones. Por lo que leímos ayer en internet este nombre le resulta ofensivo a algunos judíos que prefieren "muro occidental". Según la tradición es un muro del segundo templo erigido en el monte Moría. El primero de los templos fue construido por Salomón y destruido por los babilonios. El segundo fue construido por Esdras y Nehemías y destruido por los romanos, quedando en pie el muro frente al que ahora se reza. Anteriormente se levantaba allí el tabernáculo, mandado construir por el rey David y que albergaba el arca de la alianza. La tradición judía dice que dentro del monte está la piedra primigenia de la que apareció el mundo y Adán. Primero David y luego Salomón edificaron allí templos. Ahora está la mezquita con la cúpula de la roca, pero rezan esperando la reconstrucción del templo. Para los judíos el muro es el lugar accesible más sagrado del mundo, puesto que a la explanada de las mezquitas no pueden acceder.

Pensaba que estaría cerrado a esas horas. Encontramos un túnel con una señal que indica hacia el muro y entramos para saber cómo llegar mañana. Aquí hay otro control de seguridad. Por toda la ciudad se ven militares armados hasta los dientes constantemente, pero aquí hay que pasar un detector de metales y abren las mochilas para inspección ocular. Al igual que pasaba en la tumba del rey David hay un trozo de muro para hombres y otro para mujeres, más pequeño. Hay una zona para rezo y otra para mirar. Para entrar en la zona del rezo los hombres se tienen que cubrir la cabeza. Hay un montón de judíos rezando. El muro, las grietas, está lleno de papelitos con plegarias.


Buscamos la entrada al monte, para acceder a la explanada de las mezquitas mañana. Uno de los guardias del control, uno simpático que sólo lleva una pistola, nos dice donde está y que no hace falta que madruguemos tanto, que con estar a las siete de la mañana seremos los primeros. Volviendo al albergue encontramos una terraza que da al muro con una vista completa y desde la que también se ve la cúpula de la roca.


Tratamos de ir a cenar a la taberna armenia pero no aceptan tarjetas de crédito y las oficinas de cambio ya están cerradas. Sólo nos quedan 100 NIS. Mañana tendremos que pagar en la frontera (hay que pagar para que te dejen salir del país) unos 130 por cabeza y el taxi-bus hasta la frontera. En un día y medio en Israel vamos a gastar más dinero que en cinco días en Siria y eso que entrar en los templos es gratis.


Visto lo visto, unas galletas en el hostal, cuando no se puede no se puede, y a dormir. Mañana volveremos a Jordania que parece más civilizado y luego decimos que los musulmanes son muy radicales...