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viernes, 24 de septiembre de 2010

Desde mi ambulancia

La vida se ve distinta desde una ambulancia.

Todo el mundo que está fuera anda con prisa por llegar al trabajo, a la clase, a donde sea que vayan. En la ambulancia no existen las prisas. Vas al hospital (en mi caso a rehabilitación) y sabes que el gimnasio y la fisio estarán allí cuando llegues. Estás de baja y tampoco puedes salir mucho a la calle a dar vueltas con las muletas.

Tampoco tenía ni idea de que existieran estas "ambulancias". Son transporte de enfermos (rehabilitación, consultas, diálisis,...). Son más un autobús que otra cosa. Cinco sentados, uno en camilla y un hueco más para una silla de ruedas. Mi máximo ha sido cinco contándome a mí. Incluyendo silla de ruedas.

Para ir son fantásticas. Bajas cuando te llaman al telefonillo y te llevan directo. La vuelta es un poco más problemática. Es más fácil cuadrar los horarios de ir al hospital, que son conocidos, que los de la vuelta. Cada uno acaba su sesión en un momento distinto, unas son más largas que otras, tampoco se hace lo mismo: el tiempo de una consulta no es comparable con el de una diálisis, el tiempo en la sala de espera...

Así que siempre hay que esperar un mínimo de 45 minutos al terminar a que llegue tu transporte.

Hay algunos que no acaban de aceptar esto. La sala de espera se llena de gente que se queja por lo mucho que tiene que esperar, porque la ambulancia no ha llegado en su momento,… y luego suben enfadados. Críticas al resto de conductores por cruzarse, por ponerse delante,… Casi todos son personas mayores (muy mayores). Supongo que estar sentando sin hacer nada es demasiado parecido a morir un poco y que, cuanto más se acerca ese momento, peor se lleva.

A mí me va bien así, sigo estando de baja y la casa ya la conozco.

5 comentarios:

Conxa dijo...

Pues mejor que lo tomes así, de todas formas tienes que hacerlo,pues mejor que sea relajadamente.

JAAC dijo...

Lo malo de no tener nada que hacer es que, como ya pasó con lo de la mano, tampoco haces nada :-(

Seis semanas "perdidas", he visto películas (pero no tantas), he leído un par de libros (pero no tantos)... poco que hacer y menos ganas de hacerlo :-(

Unknown dijo...

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¡Muy buen post! Estirar regularmente y visitar al fisioterapeuta son fundamentales para mantener una buena salud física. Estas prácticas ayudan a prevenir lesiones, mejorar la flexibilidad y aliviar dolores musculares, permitiéndonos disfrutar de una vida activa y sin limitaciones.