Disponible en descarga gratuita Cuadernos de Viaje - Oriente Próximo, el libro con nuestras aventuras en Jordania, Siria e Israel.

viernes, 29 de agosto de 2008

Primer aniversario


Parece que fue ayer y ... ¡ya ha pasado un año!

La primera entrada de este humilde blog apareció en 29 de agosto de 2.007. Aquel día saludaba al mundo por tercera vez desde un nuevo púlpito blogero. Desde entonces ha habido 255 entradas, para un informático el 255 (inglés) es un número muy interesante: el mayor número que se puede escribir en un byte; la típica máscara de red; los números del color negro; y la FF hexadecimal.

Soy el primer sorprendido cuando veo que he llegado a cumplir un año. Nunca lo habría pensado, aunque empecé con la mejor de las intenciones.

En un año he conocido a muchos otros blogeros que se han convertido en habituales y de los que yo me he convertido también en habitual. He visto como se mostraban más de ¡32.000 páginas! y subiendo la cantidad de visitantes casi cada día, lo que me anima a seguir publicando. Y, sorprendentemente, la publicidad de AdSense parece que en algún momento generará dinero (esto me sorprende más todavía). Sí, lo sé, queda poco romántico esto, pero el sueño de dejar de trabajar y ganarme la vida de la manera que sea siempre está presente. Antes de que me sugirieran escribir en las revistas o guías de viajes ya había llamado a las puertas de las editoriales... eso sí, parece que el timbre estaba desconectado.

Gracias a todos: los habituales, los esporádicos, los comentaristas, los lectores, los que quieren ver otras cosas, los que esperan que algún día sea más divertido,... gracias.

Espero que podamos celebrar juntos más años.

jueves, 28 de agosto de 2008

Colonia

El final del viaje fueron unas horas en Colonia, escala necesaria para volar a Madrid de vuelta con una compañía de bajo coste. Sí, no sé si lo había dicho pero todo el viaje fue con low cost: Madrid-Berlin con Easyjet, Berlín-San Petersburgo, Moscú-Colonia y Colonia-Madrid con GermanWings (el trayecto San Petersburgo-Moscú fue nuestra odisea en tren).

Colonia nos devolvió a la arquitectura medieval europea y a las casas con techos a dos aguas. Lo primero, cruzar el puente sobre el río Rin.


Visitamos primero la Gross St Martin románica construida entre 1.150 y 1.250.


Y después a la catedral, Kölner Dom. Tiene una curiosa historia, el inicio de su edificación data de 1.248 pero se suspendió por falta de fondos en 1.560. La construcción se mantuvo parada durante 300 años (incluso fue establo y cárcel para las tropas napoleónicas) y volvió a retomarse en 1.880, quedando prácticamente indemne de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Es la más grande de Alemania y prácticamente imposible de meter en una sola foto.



Subimos al campanario desde donde hay unas tremendas vistas de la ciudad.


En su interior se encuentra el Sepulcro de los Tres Reyes Magos. Se supone que el emperador Barbarroja se lo llevó de Milán como botín de guerra en 1.164. Había misa cuando fuimos y no pudimos acercarnos a verlo. Pero sí vimos los tapices y las vidrieras.



Y la foto saludo.


Frente a la catedral hay varias tiendas de agua de colonia, cuyo nombre se debe a que fue inventada en la ciudad.

Después de nuevo al aeropuerto, pasando por el albergue para recoger las mochilas. Al llegar a Madrid, único vuelo que salió con cierto retraso de todo el viaje, las mochilas salieron las últimas, único momento de cierta duda sobre los equipajes de todo el viaje, y para casa.

El diario completo aquí.

miércoles, 27 de agosto de 2008

La Clave Gaudí

Novela de Andreu Carranza y Esteban Martín. Tremenda copia de El Código Da Vinci, empezando por el nombre: la misma estructura (incluso evitando el uso del "de") y el cambio de código por clave no es muy original.

La novela se basa en una antigua sociedad secreta católica (¡sopresa!) que lleva siglos protegiendo el objeto más valioso de la iglesia y que fue despreciado por todos. Uno de los últimos maestres de esa orden, los caballeros Moria, fue el propio Gaudí que construyó todo un mapa en Barcelona para que la nieta de uno de sus discípulos junto con su novio, ochenta años después fuera capaz de encontrar ese objeto y hacer con él lo que se espera según la profecía. Lo que da una idea de la gimkana que se monta de un sitio para otro. Por si todo esto fuera poco también hay una orden de malvados satánicos, los hombres Ménsula, que llevan igualmente siglos tratando de destruir ese objeto para evitar provocar el reino del diablo en la tierra. Estos también juegan y también recorren la ciudad de una parte a otra.

El libro tiene sus partes buenas, describirnos con detalle las obras del genial arquitecto catalán y dar algunos detalles sobre éstas que pueden pasar desapercibidos. Se lee con facilidad y, a pesar de lo dicho antes, no cansa en exceso, aunque el final deja mucho que desear. Tanto como para pensar si ha merecido la pena leerse las cuatrocientas y pico páginas que tiene. Si te enamoró el Código Da Vinci puede que disfrutes de la versión española, pero no creo que mucha gente se apasione con este libro. Los malos, que se supone que llevan milenios tratando de lograr su objetivo, no son capaces de descifrar unos misterios que los buenos y sus amigos descifran sobre la marcha y casi sin parar... absurdo.

Después de leerlo me di cuenta de un detalle curioso: en la contraportada aparecía una crítica de esas estupendas en dos líneas, pero el precio tapaba la fuente. Pensaba que sería un periódico grande (El país, El mundo,...) pero al despegar descubrí que era del "Diari de Tarragona", no tengo nada en contra de los periódicos locales, pero es que resulta que uno de los autores, Esteban Martín, es colaborador habitual de este periódico... Blanco y en botella.

martes, 26 de agosto de 2008

Moscú (VI)

Nuestro último día en Moscú volvimos a acercarnos a la Plaza Roja. Pasando frente a la estatua de Karl Marx y del teatro Bolshói, que está siendo restaurado, aunque más que restaurado lo que han hecho ha sido tirar todo el interior (incluido el techo) y lo están haciendo de nuevo.


En la entrada de la Plaza Roja asistimos de nuevo al espectáculo de las mujeres mayores recogiendo las monedas que tiran los turistas, tanto rusos como de otros países. En muchas ocasiones ni dejaban que las monedas llegaran al suelo antes de cogerlas, lo hacían al vuelo. Y luego se repartían el dinero entre ellas, eso sí, sólo cogían las monedas grandes, los kopeks seguían en el suelo.


Al otro lado del museo de historia se encuentra un enorme centro comercial subterráneo, bajo una cúpula coronada por una estatua de San Jorge y su dragón. En su interior una nueva muestra de la traducción fonética rusa, un cofi jause escrito en cirílico.


En Moscú hay una enorme cantidad de iglesias, ésta estaba al lado de nuestro albergue y la foto cayó camino del aeropuerto.


Al aeropuerto llegamos con más de cuatro horas de adelanto. No sabíamos la cantidad de problemas que nos podríamos encontrar y de lo que sí estábamos seguros es de que no íbamos a encontrar mucha ayuda si pasaba algo. El problema fue que no se podía entrar a la zona de facturación hasta dos horas antes y allí nos quedamos esperando. Después facturar y primer sello en el billete; pasar el control de pasaportes sello en el pasaporte y segundo sello en el billete; equipaje de mano, tercer sello en el billete; y entrar al avión y último sello, cuatro sellos para conseguir salir de Rusia.

La llegada a Colonia fue a la hora prevista, pero la máquina de los billetes para el cercanías alemán, S-Bahn, no funcionaba. Por suerte un revisor pasaba por allí y nos dijo que le siguiéramos que no había problemas. El albergue de Colonia está a un par de paradas de tren del aeropuerto y, a pesar de que nos costó un poco situarnos en el plano, llegamos a una buena hora. Esto sí que es Europa, el albergue es un edificio de más de diez plantas, desde el que se ve todo el centro, incluida la catedral, y que podría pasar perfectamente por un hotel de tres estrellas de los buenos.

El diario completo aquí.

lunes, 25 de agosto de 2008

Moscú (V)

Al día siguiente salimos de Yaroslav camino de Serguiev Posad (a unos 70 km de Moscú). En la ciudad se encuentra el monasterio de la Trinidad de San Sergio, muchos de los príncipes moscovitas están enterrados en este monasterio porque pensaban que ser enterrado aquí significaba morir en paz con Dios. Esto hacía que el monasterio creciera en riqueza debido a gran cantidad de donaciones.


Por supuesto, dentro del monasterio también palacios y mucho arte.


Más del exterior. El monasterio cuenta con una muralla con diez torres (casi un kilómetro de longitud), cuatro palacios, cuatro iglesias, dos catedrales, dos capillas, un obelisco, una biblioteca, un pozo,...


San Sergio.


Y una vez en Moscú, más metro.


Y visita al interior de San Basilio. Está compuesto por nueve iglesias unidas entre sí, y la capilla de San Basilio que está separada, a la izquierda, y es la entrada. La construcción original se erigió para conmemorar el triunfo sobre los tártaros en Kazán en 1.552. Finalizada como está ahora en 1.561. El centro del cuerpo está dedicado a la Intercesión de la Virgen (1 de octubre), en realidad su nombre es Catedral de la Intercesión aunque se conozca como San Basilio. En su interior se encuentran los restos de Basilio, un personaje ruso muy querido, casi un profeta.


La Plaza Roja desde uno de los balcones de San Basilio.


La foto del saludo a Moscú.


En Moscú también parecía haber fiesta como en San Petersburgo.


Los jardines frente a la Plaza Roja.



El diario completo aquí.