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miércoles, 20 de agosto de 2008

Moscú (III)

Después de la mala experiencia de los billetes de tren del día anterior, habíamos decidido relajarnos caminando tranquilamente por Moscú. Darnos un día de auténticas vacaciones, sin un plan y sin prisa por llegar a ningún sitio.

Lo primero que hicimos fue dar una vuelta por el metro y sus estaciones. Los pocos carteles que hay están escritos en cirílico y es más fácil contar las estaciones que tratar de saber en qué estación estas.


La cantidad de mosaicos que hay en las estaciones es grande y todos son a cuál más bonito.


Los cambios de línea son poco menos que inexistentes, tienes que subir hasta el vestíbulo de la estación y coger la escalera mecánica que te lleva a la otra línea, no hay pasillos interiores, subes hasta la calle y bajas por otro lado.


La gente tan alegre como en San Petersburgo.


Y más mosaicos.



Y estatuas.


Al final fuimos a los terrenos de Vserossijskij vystavočnyj centr, el recinto ferial ruso. Otra de esas construcciones enormes soviéticas (300 hectáreas). La antigua exposición de los logros de la URSS para celebrar las glorias de la patria. En la actualidad los pabellones son algo extraño, hay un pabellón lleno de farmacias, otro lleno de tiendas de electrónica, uno con tiendas de recuerdos,... Parece que ya no quedan muchas glorias de la madre patria que celebrar. Eso sí, las tortugas ninja y los personajes de Disney sí que están en todas partes. También hay grandes fuentes (¿a qué me suena esto?) y una zona sobre la carrera espacial con el monumento a los Conquistadores del espacio y una réplica de una nave.


El parque estaba lleno de gente, metida en las fuentes, patinando, niños en una feria, castillos hinchables,...


Aprovechando que la Plaza Roja estaba cerca del albergue nos volvimos a acercar con el trípode para hacer fotos nocturnas. Allí descubrimos una tradición rusa. En la entrada de la Plaza Roja, al lado del museo de historia, hay un sello en el suelo dentro de un círculo. Pues la tradición consiste en colocarse encima del sello sin que haya nadie dentro del círculo y lanzar unas monedas hacia atrás.


Y las fotos nocturnas que buscábamos. Los almacenes Gum tenían una decoración que casi parecía navideña a mediados de junio.


El diario completo aquí.

3 comentarios:

Víctor Gado dijo...

JAAC, para usted ha sido una vendición las cámaras digitales, verdad? Te imagino en los años ochenta con cajas y cajas de carretes para poder fotografiar todos los detalles de tus viajes, jajajajaja.

Un saludo!!

PD: Por cierto, se le nombra en mi blog. Haga el favor de pasarse.

Víctor Gado dijo...

Dios Santo!!!! Disculpe mi gran patinazo!!!

Bendición con V!!! Jajajajajaja.

Madre mía, estoy fatal...

JAAC dijo...

Anda que... supondré que fue la siesta que te levantaste un poco dormido con esa ortografía :-)

Que sepas que antes no llevaba ni siquiera cámara de fotos. He hecho muchos viajes que sólo recuerdo en la memoria porque no hay fotos para verlos. Aunque también decir que después de la reflex digital me compré una de carrete. Yo, al revés que el mundo, pasé de lo digital a lo analógico, eso sí, analógico son diapositivas.

PD: pasaré a ver.