El tren estaba bien, pero no tenía comparación con el de San Petersburgo a Moscú, aquí no daban comida ni cogía velocidad, pero bueno, nos llevaba a donde queríamos, así que... En la estación tuvimos que comprar un plano de la ciudad - aquí tampoco parecía haber oficina de turismo - y cogimos un taxi para ir al hotel. No teníamos ni idea de la distancia y se aprovechó, para poco más de cinco minutos de trayecto nos pedían 300 rublos, aunque nos lo acabó rebajando a 200.
El hotel era lo mejor que habíamos visto en Rusia. Además habíamos dejado las mochilas en la sala común del albergue de Moscú para viajar ligeros. Tampoco hablaban inglés, pero tenían interés en entendernos y todo fue bien, incluso cuando hablamos de dinero y les dijimos que habíamos pagado con tarjeta desde internet. Aunque por fuera no tenía buena pinta estaba muy bien. Se llamaba Tourist y eso es lo que estaba escrito en la puerta, el sonido "turist" en cirílico.
El tiempo no hacía más que cambiar y llovió, hizo sol, volvió a llover, volvió a salir el sol... cada 15 minutos cambiaba todo. Eso sí, la gente era más simpático, incluso en una tienda una chica nos habló en español.
En la ciudad visitamos Bogojavlenskaja cerkov'.

Yaroslav está donde el río Kotorosor se une al Volga.

También el Spasso-probrazhenski Monastir, el monasterio de la transfiguración del Salvador. Como los demás con su muralla y sus iglesias interiores.





Como el tiempo estaba tan cambiante y tampoco había mucho más que ver volvimos al hotel y vimos Two Much de Fernando Trueba en la televisión rusa. El doblaje deja mucho que desear, de hecho es una única voz la que lee, sin inflexión ninguna, el texto de todos los personajes, además de los nombres de todos los actores.
El diario completo aquí.
4 comentarios:
lo de inmunizada a la envidia, era, porque o me inmunizo o me muero cada vez que te leo !!!! me inmunizo,
Pues gracias por la envidia. Ya sabes, yo os llevaré de viaje cuando vuelva y ponga las fotos y la crónica :-)
Pero yo soy el que normalmente tiene envidia de los demás viajeros, de hecho la sigo teniendo de todos los que van a cualquier parte.
pues en eso estamos, que da gusto leer tus diarios de viaje, siempre tan completos y con tantas anécdotas. Yo también me sumo a eso de la envidia 'sana' de todos los demás viajeros, de conocer otras cosas, otros paisajes, otros rostros...
Viajar es una de las mejores cosas que hay, no sólo por eso tan manido de conocer otras culturas y otras gentes, que también, sino por romper con la rutina y sentirte vivo. Somos tantos los envidiosos estatekietecita... :-)
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