Sábado 22/11/2008Después de doce horas en la cama, la mayoría de ellas durmiendo a pesar de la garganta, vamos a ver si podemos comprar yogur en el supermercado para desayunar. El desayuno del Farah es malo y ya estamos un poco hartos de los quesitos duros y del huevo cocido. Son las 7:30 y todo está todavía cerrado. Recurriremos al desayuno de siempre, aunque yo hoy también pido té. Algo caliente para la garganta y otra pastilla.
Hasta las nueve no vendrá Ali y el de recepción nos ha dicho que las tiendas abren a las 8:30. Saldremos otra vez a ver si está abierto. Y está abierto. Compramos un par de yogures y cuando volvemos al hotel vemos a Ali en la puerta limpiando el coche. Le decimos que vamos a comer los yogures y, como siempre, nos dice que no hay problemas, sin prisas.
Salimos con dirección a Madaba. Por el camino le decimos que en el monte Nebo ya hemos estado y que la idea es ir a ver la iglesia de Lot y Procopio que tiene otro mosaico. Además el monte Nebo seguirá en obras. Nos dice que de acuerdo aunque tiene que enterarse de dónde está exactamente la iglesia. No parece que vaya mucha gente a visitarla. Según el mapa que hay en la entrada del monte Nebo está muy cerca de allí.
Hoy no hay misa en San Jorge y el mosaico está descubierto. Es curioso ver en el suelo el mapa de la zona en la época de las cruzadas, con la ciudad amurallada de Jerusalén con el cardo y el decumano, la muralla y alguna iglesia (entre ellas la del Santo Sepulcro) perfectamente detalladas. También se ve el mar Muerto con barcos navegándolo y con dos peces que huyen de sus aguas saladas remontando el río Jordán. También está representado el mar Mediterráneo, la ciudad de Belén, etc. Al verlo hay que tener en cuenta que la izquierda es el norte, quedando el Mediterráneo orientado hacia la puerta de la iglesia.
A la salida nos acercamos al museo arqueológico. Vamos andando porque está cerca, pero acabamos medio perdidos. Allí hay más mosaicos, entre ellos uno del siglo pirmero antes de Cristo que se considera el más antiguo de Jordania y los de las iglesias del Profeta Elías y de la Virgen María, y los restos de una villa bizantina (la sala de Hipólito) y del cardo romano.
Cuando volvemos Ali ya se ha informado de cómo llegar a la iglesia de Lot y Procopio y allá que vamos. Es un pequeño desvío de la carretera principal que, efectivamente, está muy cerca.
Se llega por un camino de tierra y por ahí subimos con el taxi. La iglesia está cerrada pero hay un guardián que nos la abre. De la iglesia queda poco, pero el mosaico del suelo está casi completo y en muy buen estado de conservación. Es de los más bonitos que hemos visto con leones, ciervos,... En el pequeño museo del monte Nebo vimos una copia.
Pasamos por delante del monte Nebo otra vez. En esta ocasión vemos el monumento de la cruz y la serpiente que no vimos el otro día desde el taxi. Cerca de la cruz no hay nadie, lo que nos confirma que esa zona está cerrada por las obras de restauración.
Ahora a Betania. El Jordán como frontera entre Israel y Jordania es zona militarizada y hasta el año 1.994 estaba sembrada de minas. A partir de ese año limpiaron una zona buscando restos arqueológicos para determinar el sitio del bautismo, porque tanto Israel como Jordania decían que estaba en su territorio. En Jordania encontraron restos de varias iglesias que coincidían con los relatos de los peregrinos de los siglos V y VI, además de que en la biblia está escrito "fue en Betania, más allá del Jordán", al otro lado, esto es: Jordania. De todas formas en Israel, camino de la frontera, también había carteles que indicaban el sitio del bautismo. Finalmente, en marzo de 2.000, Juan Pablo II corroboró que el lugar estaba en Jordania celebrando una misa multitudinaria. Los carteles en Israel siguen estando.
El tema es que hay que pagar siete dinares por cabeza para que te lleven en una tartana de camión con sillas plegable en la caja. Una vez que llegas tienes que ir con tu guía, que se presentó al bajar del camión, todo el tiempo y sin salirte del camino marcado. Sigue siendo zona militarizada. Te cuentan de nuevo que el sitio bueno bueno es ese. Ves el río, o lo que queda de él: un agua de color marrón y muy mal aspecto, desde una terraza. Te llevan a los restos de las iglesias encontrados y te dicen que el río ya no pasa por ahí (presas en Israel, desvíos, extracciones,...) y que han construido un lugar nuevo en el nuevo curso del río donde se siguen practicando bautismos. Cuando llegamos al sitio en cuestión hay un grupo de europeos del este que está "bautizándose" en el río. Todos llevan puestas unas túnicas blancas y entran con ellas en el agua. Salen con ellas hechas un asco porque aquí el Jordán sigue teniendo una pinta repugnante. Justo delante de la especie de embarcadero hay una pila bautismal con agua filtrada del Jordán. Cojo un par de botecitos (a mi madre le hacen ilusión estas cosas).
También entramos en la iglesia pero no tiene nada más que un monje en la puerta que vende botecitos de agua filtrada del Jordán, y un todo terreno aparcado al lado con una ametralladora montada en el techo: zona militarizada.
A la salida le preguntamos a Ali si para los musulmanes es también sagrado el sitio del bautismo, antes de meter la pata diciendo que nos ha parecido un timo. Nos dice que sí, que ellos siguen los profetas del Dios único, que las tres religiones (judaísmo, cristianismo e islamismo) provienen de un mismo Dios y que sus libros sagrados (torá, biblia y corán) vienen a decir lo mismo. Le decimos que es un poco caro y nos dice que nos ponen un autobús y un guía que nos explica y acompaña y que son sólo siete dinares. Que en Europa ganamos mucho más que allí, que si él ganara mil euros al mes no le importaría pagar siete dinares por esto. Nos cuenta que su hijo, que es abogado, sólo gana 250 euros al mes. Debe ser frustrante para el hijo que su padre taxista gane más que él en una semanas si pilla a unos turistas como nosotros: llevarnos a la frontera con Israel 20, la excursión a los castillos 40, la de hoy son 50 y mañana a ver cuánto nos pide por llevarnos al aeropuerto (en el hotel cobran 25).
Nos cuenta que tiene once hijos y trece nietos. Su hija mayor tiene 30 años y ya tiene 4 hijos. Tiene hijos repartidos por toda la zona, en Oman, en Arabia Saudí, en Líbia en incluso en Israel. Él es palestino y tuvo que irse del país en 1.974, pero su hija sigue viviendo allí porque no tiene pasaporte jordano. Dice que es muy duro para un palestino vivir en Israel. Es increíble que después de haber tenido que irse de su país no les tenga ningún rencor, si incluso nos dijo que un sólo día para ver Israel (sólo Jerusalén) era poco. Esto dice mucho de él. Es muy religioso y nos cuenta que las religiones, las tres, lo que dicen es que hay que ayudar a los demás. Si ayudas a alguien haces a alguien feliz y tú eres feliz. Que todas dicen que no hay que matar. Que un judío que mata no es un buen judío, que un musulmán que mata no es un buen musulmán y lo mismo para los cristianos. Nos dice que Bush se pasa el día diciendo que es un buen cristiano y luego mata a la gente con sus guerras, que no es un buen cristiano.
Llegamos al mar Muerto. Hay varios hoteles de lujo que tiene playas privadas pero son muy caras, y luego está Amán Beach. Un hotel, también con playa privada, pero más asequible. Aquí es donde va la gente del país. Hay vestuarios, duchas, taquillas,... Nos dice que es privado, como el sitio del bautismo, y que marcan el precio que quieran. Para los turistas es de 12 dinares y para los locales de 8. Los niños de siete o más años ya pagan precio completo, así que para una familia jordana típica (con muchos hijos) ir sigue siendo muy caro.
La sensación de flotar es muy curiosa. Puedes esforzarte lo que quieras en mantenerte en posición vertical dentro del agua que será imposible. De una forma u otra acabarás con los pies levantados. El agua está tremendamente salada, recomiendan ir siempre de espaldas y no salpicar, como era de esperar y Sara asegura que en los ojos escuece muchísimo.
Hay un grupo de 18-20 napolitanos dentro del agua. Todos hombres de entre 25-35 años disfrutando como niños. También está el fango negro para untarse la cara y el cuerpo. A nosotros no nos motivó particularmente lo de pringarnos así que no lo hicimos. Suponemos que tendría un coste adicional de todas formas. Una ducha en la playa para quitarnos la sal y un rato secándonos al sol. De vuelta al coche y a Amán.
Alí para por el camino a comprar aceite. El aceite de oliva cuesta cinco dinares el litro, ¡más de 5,50 euros! Nos dice que es que es muy bueno... Pensamos más bien que se debe a que no tienen mucho olivo local. Las cosas están bajando de precio porque la gasolina está bajando mucho. Cuando fuimos a Siria eran unos 500 fills (medio dinar) el litro y a la vuelta, cinco días después, está en menos de 400. En unas semanas ha bajado a la mitad según nos dice Ali. Jordania no tiene petróleo, pero tiene acuerdos con Irak y Arabia Saudí, con los que tiene frontera, y le venden el petróleo más barato. Jordania tiene buenas relaciones con todos los países de la zona. También para a comprar humus. Le ha llamado su mujer para mandarle los recados. Ayer cuando llegó a la tienda ya estaba cerrada.
La ducha buena fue en el hotel, pero antes fuimos a comer/cenar al Jerusalén. De nuevo sopa de lentejas y kebak. A la salida del restaurante nos encontramos con una pareja toscana que nos preguntaron cosas de Jordania. Sus vacaciones son de dos meses, hasta el 12 de diciembre, y empezaban ahora su recorrido por Jordania después de Líbano y Siria. Nos dijeron que Líbano no tenía más que una cosa que visitar; que, como nosotros, habían disfrutado mucho de su visita a Siria; y que cómo se cruzaba la frontera para ir a Jerusalén. Les empezamos a contar nuestra experiencia en la frontera y antes de que llegáramos a decirles que estuvimos cinco horas esperando entre unas cosas y otras ya nos dijeron que vale, que lo descartaban. Además ellos llevaban el sello de Líbano. Cuando entramos en detalles de que estaba todo lleno de gente armada, controles de seguridad, fanáticos religiosos y tiendas de recuerdos, además de que casi todo era nuevo, confirmaron su opinión. Como nosotros también pensaban que sería algo recogido, tranquilo, casi espiritual.
Después de la ducha salimos a comprar más yogurt. Dos para cenar ahora y otros dos para desayunar mañana que metemos en la nevera del hotel. Mi garganta me está matando y creo que el mar Muerto va a acabar de matarla. Hoy nos echamos todas las mantas después de dejar a los Symbios y a Okihita casi preparados.
El despertador a las cinco de la mañana. Hemos quedado con Ali a las 5:30 y cerrado el precio en 17 dinares. Los viajes, yendo solos con él, nos han salido más baratos que si los hubiéramos hecho compartiendo el taxi entre cuatro con el precio del hotel. Le hemos dado su teléfono a la pareja italiana.
También hemos pasado por Habiba para hacerle una foto al dulce de ayer.