Una vez en Moscú nos dirigimos a nuestro albergue. Otra ingrata experiencia del viaje: el albergue de Moscú. Lo primero que tuvimos que hacer fue comprar el billete del metro para ir desde la estación de tren. El metro en Moscú sí que es impresionante. Al igual que en San Petersburgo hay un único tramo de escaleras mecánicas que baja todo lo que haga falta. La velocidad de las escaleras también es llamativa (cuando volvimos a Madrid todas nos parecían lentas). En cada grupo escaleras - suelen ser entre tres y cuatro - hay dos funcionando: una de subida y otra de bajada, las otras están paradas controladas por mujeres que están en garitas en la parte baja de cada escalera. Siempre mujeres, igual que las taquilleras.
El albergue estaba en un edificio en obras, prácticamente no había escaleras sino una rampa de arenilla. Todos los muebles eran de IKEA, lo que nos hacía sentir como en casa, pero los baños eran todavía peores que los de San Petersburgo.
Una vez instalados nos fuimos a ver el monasterio de Novodevicij. Los monasterios rusos son construcciones defensivas con altas murallas y, en su interior, hay varias iglesias, palacios y habitaciones para los monjes o monjas.
En el interior una muestra de pintura sacra rusa.
En otras iglesias interiores se podían apreciar preciosos iconostasios y las pinturas que cubrían por completo muros y columnas interiores.
Otro de los monasterios que visitamos ese primer día fue el Donskoj Monastyr'. Delante de una de las iglesias había una colección de carros de combate, sorprendente para un lugar sacro. En su interior más arte.
Una vez vistos los monasterios nos dirigimos a la Plaza Roja, con la intención de entrar en San Basilio. No fue posible porque, a pesar de que faltaba casi media hora para que cerrara, no se permitía entrar ya.
La Plaza Roja es una extensión enorme de terreno en el mismo centro de Moscú. Con el museo de historia - Museo Histórico del Estado -, los almacenes Gum, la catedral de San Basilio y el muro del Kremlin, con el mausoleo de Lenin, como los márgenes de la plaza, de 695 metros de longitud y 130 de anchura.
El mausoleo de Lenin, el museo de historia, las murallas del Kremlin y los almacenes Gum.
Por el otro lado de la muralla del Kremlin está el monumento al soldado desconocido.
Las torres de la muralla del Kremlin.
El interior de los almacenes Gum, que han pasado de ser un símbolo del pueblo donde se repartía la comida, a unos almacenes de productos de lujo. Gum son las iniciales de Gosudarstvennyj Universal'nyj Magazin, Almacén General Estatal.
La puesta de sol en la Plaza Roja ofrece una imagen de San Basilio más bonita aún si cabe.
El diario completo aquí.
2 comentarios:
Que grato ver todas estas fotos de Moscú. Recién, acabo de volver de allá... Juraría que en alguna de esas iglesias había que hacer virguerías para sacar la cámara, jeje, enhorabuena. Ya veo que estas hecho un buen paparazzi
Hola Edu, bienvenido. Me alegro de que te guste ver las fotos.
No recuerdo haber tenido que "robar" ninguna foto en esas iglesias, pero es que nunca entenderé el motivo porque el que no te dejan hacer fotos sin flash en algunos sitios. ¿Acaso el objetivo de la cámara estropea más que los ojos de la gente? Sólo el dinero y vender postales puede ser el motivo, pero es que en muchos de esos sitios ni venden nada... Incompresible, es como si no quisieran que nadie supiera las cosas bonitas que hay dentro.
De todas formas suelo ser bastante respetuoso cuando hay carteles que prohíben hacer fotos.
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