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miércoles, 9 de julio de 2008

Cambio de destino

Ayer fue mi último día en la oficina. Me vendieron la noche del 30 de junio al 1 de julio, con nocturnidad: obviamente, alevosía: lo sabré con el tiempo, y premeditación: según nos dijeron más de seis meses de negociaciones... que no sabía que fuera tan "indeseable". Seis meses para convencer al comprador de llevárseme. En realidad es llevársenos: somos seis los "mal queridos". Después de seis meses todavía no estaba todo cerrado y hasta ayer no nos habíamos movido. Tampoco es que tuviéramos especial interés en hacerlo, todo hay que decirlo.

Siguiendo la línea de no llamar a las cosas por su nombre, lo nuestro no ha sido ni una venta ni una compra, ha sido una sucesión de empresas. A simple vista la diferencia puede parecer dialéctica, pero en su interior esconde una trampa mortal para el empleado. En una venta/compra el empleado tiene que aceptar cambiar de empresa, firmando un nuevo contrato. En una sucesión todo viene hecho de fábrica. Mañana pasará a pagarte tu nuevo señor y no me rechistes. El maestro se compromete a mantenerte las condiciones que tenías en tu antiguo contrato... hummm ¿empezando por el sitio físico de la oficina?

Hoy estoy en la oficina de mi nuevo dueño (está claro que la dirección no es de las cosas que se mantienen). Mío, de los otros cinco y de varios contratos de mantenimiento. Todo sigue igual: el mismo portátil, el mismo trabajo, el mismo jefe (está en el paquete de venta). Pero en un sitio que está... ¿cómo decirlo suavemente?, un poco alejado de lo que viene siendo el centro de la ciudad. Gracias a que Renfe y Cercanías se han apiadado de nosotros (hasta la próxima huelga, en la que seremos felices sin poder ir a trabajar), mi conciliación de vida familiar y vida laboral no se verá muy afectada: perderé una media hora diaria más en desplazamientos. Mi conciliación entre gastos e ingresos también se verá ligeramente afectada. Es lo que tiene que la oficina esté donde el viento coge carrerilla, y esperemos que siga allí, no vaya a ser que el viento se la lleve más lejos todavía.

Tampoco tengo que cogerle mucho apego a la nueva oficina. De acuerdo que hay más representantes del sexo femenino en mi nueva ubicación pero, la empresa de mi nuevo amo se dedica a traficar con personas. Según ellos con sus cerebros y conocimientos. Pero, en realidad, venderán mi presencia completa, no sólo cerebro, al mejor postor (a ver si alguno se anima) y acabaré en otra oficina para ser sirviente temporal de un vicepropietario, porque mi patrón seguirá siendo el mismo.

Mis viajes a Frankfurt creo que han pasado a mejor vida, o a peor, que tampoco era tan divertido ir allí (excepto por las cenas). Al final mi tarjeta de LAN PASS no me permitirá hacer un vuelo gratis, con lo bien que íbamos allá por marzo-abril. Por suerte, probé las salchichas alemanas en el último viaje.

7 comentarios:

Masmi dijo...

Vaya, ya te han enviado al nuevo sitio?
Bueno, dentro de poco abrirán la estación de cercanias en Sol. No se si te vendrá bien para ir donde estas ahora, pero ojala, que te ahorraría un poco de tiempo.
Y si no, a ver si alquilan tu mente y cuerpo a alguién que se encuentre mas cerca.

JAAC dijo...

Pues ya te contaré... Lo primero que se comenta por aquí es que, el viento en su carrerilla, está a punto de llevarse también la oficina.

Unknown dijo...

Para mi que has caído en las garras de un empresa de body shopping. Es decir, un charcutería vende carnes... Dioss sal de ahí como alma que lleva el diablo!!!

BIRA dijo...

Qué mal andan los tiempos cuando se vuelve a negociar con carne! Aunque lo triste es que tal vez nunca dejó de hacerse.

Espero que todo te vaya bien, en esa oficina o en otra, en esa empresa o en otra. Que tengas suerte en la vida y un trabajo que no le robe demasiado tiempo a tu vida personal.

Saludos!

JAAC dijo...

Pedrito, una cárnica de las de toda la vida sí señor. Pero bueno, por ahora no estamos en el mostrador. Nos necesitan para ordenar su almacén y para colocar la mercancía nueva que viene con nosotros. Después... Dios dirá.

Bira, nunca se ha dejado de negociar con carne, créeme. En nuestro sector la carne es uno de los bienes más preciados, de hecho no somos trabajadores somos recursos. Más recursos que en otras empresas :-)

Gracias por tus buenos deseos. Me han comentado que la entrada tiene un tono muy tétrico... y lo mismo tú también lo has visto así. No era la idea, eh? Que es una entrada que trata de reírse de la situación. Que no es tan mala... o eso parece por ahora. Que ese "que tengas suerte en la vida" suena a despedida al que se va a un campo de concentración!! jajajaja

Sigo por aquí, ¡no preocuparse!

Fabián Aimar (faBio) dijo...

Uffff... me resultó un poco dura la exposición de amos, me compran, me venden... y sin embargo se siente a veces así....
aunque no ganes ese vuelo gratis y se modifiquen algunas cosillas, pues mira... que sea lo mejor para tí
saludetes

JAAC dijo...

Fabio es que me siento como un jugador de fútbol, pero sin su ficha, su mansión y sus coches... Vaya, tengo lo mejor de los jugadores de fútbol, no? ;-)

Eso sí, mi novia no tiene nada que envidiar a las suyas. Ahí sí que salgo ganando.

Gracias por los buenos deseos.