Cirílico

El cirílico es el alfabeto usado por muchas lenguas asiáticas:

• abjaso (República de Abjasia, al noroeste de Georgia),
• azerí (idioma oficial de Azerbaiyán),
• bielorruso (idioma oficial de Bielorrusia),
• checheno (una de las dos lenguas oficiales de Chechenia, la otra es el ruso),
• kazako (idioma oficial junto con el idioma ruso de Kazajistán; se habla en los territorios de lo que fue el amplio imperio mongol: la provincia china de Xinjiang, Mongolia, Kirguistán,Uzbekistán, Turkmenistán, Ucrania y Rusia),
• komi (República de Komi),
• mongol (idioma principal de la mayoría de los residentes de Mongolia. También se habla en las zonas fronterizas con Mongolia de China y la Federación Rusa),
• ruso (idioma oficial en Rusia, Bielorrusia, Kirguistán, Kazajistán, Abjasia y Osetia del Sur),
• tártaro (la república rusa de Tartaristán, en Baskiria y otras comunidades de Rusia),
• tayiko (idioma oficial de Tayikistán),
• uzbeko (junto con el ruso, idioma oficial de Uzbekistán),
• yakuto (República de Sajá ) y otras varias

Y en amplias zonas de Europa:

• búlgaro (idioma oficial de Bulgaria),
• macedonio (idioma oficial de la República de Macedonia),
• moldavo (idioma rumano usado en la República de Moldavia),
• serbocroata (conjunto de lenguas del eslavo meridional habladas en los países de Serbia, Montenegro, Croacia y Bosnia-Herzegovina),
• ucraniano (idioma oficial de Ucrania).

Su origen se remonta al siglo IX. La llegada de los monjes griegos con la religión ortodoxa a Rusia también llevó su manera de escribir. Para traducir la Biblia del griego al ruso, San Cirilo (827 – 869) junto con su hermano Metodio, y debido a que en ruso había sonidos que no existían en griego, inventaron un nuevo alfabeto: el glagolítico.

A partir de éste, un siglo después, un misionero del Imperio Bizantino en Bulgaria desarrolló el cirílico bajo el auspicio del príncipe Boris I después de establecer el Cristianismo como religión oficial del estado, el Primer Imperio Búlgaro, en 864. Es posible que fuera Clemente de Ohrid (840-916) el encargado de desarrollar este nuevo alfabeto, basándose en los ya existentes griego, hebreo y glagolítico, y que lo nombrara así en honor a su maestro, San Cirilo.