Viviendo el frío

Llevamos una temporada de pasar frío y ver como cae nieve que no es normal. Entre la bufera boloñesa y la nevada madrileña, sufrimos la lluvia estambulita (en dos continentes). Pues bien, eso no ha sido nada comparado con lo que nos hemos encontrado en centro Europa.

Las previsiones daban una temperatura mínima de cuatro grados bajo cero. Lo normal en estos casos es pensar que será en plena madrugada y que no afectará tanto porque uno estará en el hotel durmiendo a esas horas (que íbamos por trabajo). La parte que asustaba era cuando uno comprobaba la temperatura máxima, que era de tres grados bajo cero. ¿Quién necesita amplitud térmica si puedes dejar toda la variación en un grado?

Estamos casi seguros de que se han superado (por debajo) los cuatro grados bajo cero, además de que la nieva caía como si hubiera gente en los tejados de las casas rompiendo almohadas de plumas: Impresionante.

Pero oye... Esto, no cuaja...

Los primeros días fueron en Linz y el fin de semana en Viena. ¡Qué frío puede llegar a hacer en Austria!

Por cierto, no es que lleve gafas de sol y no se me vean los ojos, es que hacía tanto frío que había que cubrirlo todo.