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jueves, 4 de marzo de 2010

Saliendo de la pantalla

Para que un ser vivo pueda disfrutar de visión tridimensional, es indispensable que disponga de dos ojos situados en el frente de su cráneo. Se trata de una adaptación evolutiva imprescindible para calcular las distancias correctamente.

Las imágenes en 3D han llegado a las pantallas. Han estado toda la vida entre nosotros porque tenemos dos ojos. La explicación de nuestra capacidad es esa: dos ojos. Cada ojo ve el mundo desde su posición, lo que genera dos imágenes casi idénticas pero desplazadas, y es el cerebro el que se encarga de sincronizarlas y generar la imagen en tres dimensiones.

El hombre lleva siglos tratando de convertir las dos dimensiones en tres. Ya en 1.838 Sir Charles Wheatstone creó la estereoscopia: literalmente ver con dos ojos. Inicialmente se utilizaban dos imágenes de la misma zona con una separación tal que la de los ojos, con lo que el cerebro se encargaba del resto. El problema de esta técnica es que es válida para un sólo observador colocado en un punto concreto, lo que invalida su uso en un cine.

Los primeros intentos de 3D en el cine se basaban en anaglifos, imágenes estereoscópicas que constan de dos capas de color (normalmente rojo y azul) superpuestas pero ligeramente movidas (de nuevo los dos ojos). Para conseguir el efecto son necesarias unas gafas con filtros de color. El ojo con el filtro rojo percibe como blancas las partes rojas de la imagen y como oscuras las azules y viceversa, lo que consigue dos imágenes completas ligeramente separadas.

En la actualidad las cosas han evolucionado y existen tres nuevas tecnologías:

Real D, como no podía ser de otra manera hace uso de las dos imágenes. El proceso de grabación utiliza cámaras especiales que guardan una imagen para cada ojo. Posteriormente, se utiliza un único proyector para mostrar ambas imágenes y mediante unas gafas con polarizador se consigue que cada ojo vaya viendo la adecuada. Para evitar el parpadeo se proyectan 72 fotogramas por segundo y ojo, cada fotograma se muestra tres veces. Patentado por Sony.

Dolby 3D, se divide la imagen dentro del proyector con una rueda de color giratoria. Las gafas permiten que cada ojo vea la mitad.

XPanD, en este caso gran parte del trabajo recae sobre las gafas. Estas se sincronizan por infrarrojos con la pantalla y cuentan con un obturador LCD. Las lentes se vuelven opacas al recibir un impulso eléctrico, oscureciendo la visión de los ojos de manera alternativa en sincronía con la imagen proyectada en pantalla.

Una misma película puede ser proyectada con distintas técnicas para conseguir el mismo resultado final. En el caso de Avatar (el paladín de las películas 3D) existen cines que la proyectan con tecnología Dolby 3D y otros con XPanD.

El futuro es el cine holográfico.