Los dos grupos son:
- Aeróbicos: Aquellos en los que es necesaria gran cantidad de oxígeno para llevar a cabo el ejercicio.
- Anaeróbicos: Aquellos en los que es necesaria una cantidad de oxígeno mayor que la que el cuerpo puede aportar para llevar a cabo el ejercicio.
Esta división puede verse desde otra manera más técnica haciendo referencia a la cantidad de ácido láctico en sangre. Cuando se supera un cierto umbral (4 mm/l) el ejercicio entra en la categoría de anaeróbico. Durante la realización de un ejercicio físico intenso el cuerpo en el proceso de obtener energía, sin la cantidad suficiente de oxígeno, genera más lactato del que los tejidos son capaces de eliminar haciendo que aumente esta concentración.
Entre los primeros se encuentran todos los ejercicios que se prolongan en el tiempo con una intensidad moderada, mientras que entre los segundos están los de corta duración y gran intensidad. Esto es obvio debido a que durante un ejercicio moderado la cantidad de oxígeno necesario se equilibra con la aportada a través de la respiración. Los ejemplos fundamentales del ejercicio aeróbico son el aerobic, las carreras largas, la natación, andar, andar en bicicleta... Las mismas actividades realizadas con una técnica más explosiva y menor duración se convierten en anaeróbicas: series de carrera, series de natación, series de bicicleta, ejercicio de pesas,...
El desarrollo del músculo, el consumo de calorías y nutrientes, la fatiga, etc. varían en función del tipo de ejercicio realizado. Los ejercicios anaeróbicos favorecen el desarrollo en volumen de los músculos y su fuerza, mientras que los aeróbicos favorecen su resistencia y su recuperación. El ejercicio aeróbico provoca el consumo de más calorías. La generación de energía a partir de las grasas requiere oxígeno. Este proceso sólo se lleva a cabo cuando el cuerpo ha acabado con el resto de generadores de energía que tiene más a mano, esto es, la glucosa (el proceso de generación de energía a partir de la glucosa es el responsable de la aparición del lactato). La glucosa es la responsable de los ejercicios anaeróbicos, en este tipo de ejercicios explosivos el cuerpo obtiene la energía de la glucosa, por lo que no llega a consumir grasa. El cuerpo utiliza los recursos en orden de facilidad, es decir, es más fácil llegar a la glucosa que a la grasa. Producir energía a partir de la grasa requiere grandes cantidades de oxígeno y es un proceso lento, mientras que a partir de la glucosa puede producirse energía rápidamente y sin necesidad de oxígeno.
En relación con las pulsaciones por minuto también se puede apreciar la diferenciación. Los ejercicios aeróbicos son los que se realizan sin sobrepasar el 75% - 80% del ritmo cardiaco máximo, mientras que en los anaeróbicos se puede llegar al máximo. La fórmula para calcular el ritmo cardiaco máximo más simple se basa en la edad y es 220 - Edad.
Los beneficios del ejercicio aeróbico son principalmente la mejora del corazón, llegando a aumentar su capacidad en volumen y de bombeo, y del sistema circulatorio, lo que conlleva mejor transporte sanguíneo y mayor pureza de la misma; y la disminución de grasa corporal, lo que facilita, también, el transporte sanguíneo (disminución de colesterol, de presión arterial, de azúcares, etc.).
Como siempre, antes de hacer ejercicio hay que estar seguro de que nuestro cuerpo está en condiciones de llevarlo a cabo realizándose un chequeo médico completo.
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1 comentario:
Buen articulo de tu portal, a todos les dejo mi blog para que lo visiten http://salud-ejercicio.blogspot.com
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