Nunca se encuentra dentro de la caja lo que aparece fuera del envase o lo que estaba en la mesa en el anuncio, pero el asunto es que ni uno ni otro es comestible. En la publicidad se modifica el producto hasta límites insospechados: los brillos de la carne son barniz, la leche se mezcla con pintura para que sea más espesa, los tenedores son del tamaño de una mesa y lo que cortan es cien veces más grande que el real con el relleno colocado con pegamento o alfileres.
No sólo las fotos de las modelos se retocan, primero con el maquillaje de la modelo y la iluminación y después con el photoshop, también la comida. Es más, igual que hay profesionales del maquillaje para las fotos de modelos, también hay profesionales del maquillaje de comida... y ganan un dineral.
Está en inglés, pero merece la pena verlo para saber lo que nos espera...
2 comentarios:
Todo en la publicidad es mentira!!!
Se hacen unas cosas para que parezca más apetecible que da hasta miedo. Lo curioso es que cuanto más rico parece menos comestible es! :-O
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