Disponible en descarga gratuita Cuadernos de Viaje - Oriente Próximo, el libro con nuestras aventuras en Jordania, Siria e Israel.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Contadores

Contador (según el D.R.A.E.) es un adjetivo que califica a algo que cuenta. Ese algo que cuenta puede ser desde un mecanismo, un sistema digital, una persona... y lo que se cuenta puede ser también cualquier cosa.

Ayer entrando en el metro vi que había contadores en el andén. No es la primera vez que los veo y también he visto en los autobuses. Su tarea no es hacer preguntas a los viajeros sobre el destino de su viaje, la frecuencia de uso, el tipo de billete que compran,... no, sólo los cuentan.

Me puse a pensar en qué hacer durante una jornada laboral en un andén de metro apretando un botón (llevan un contador mecánico) cada vez que ves pasar a alguien (para coger o bajando del tren, supongo que cada uno tendrá su cometido). La cantidad de detalles en los que se puede llegar a fijar una persona curiosa que tiene que estar ocho horas mirando a la gente pasar:
  • Cuanta gente va con cascos oyendo música
  • Cuanta gente va leyendo periódicos, libros, revistas...
  • Cuanta gente va acompañada y cuanta sola
  • Cuanta gente va vestida con traje, con mono de trabajo, con ropa deportiva,...
  • Cuanta gente parece que va a trabajar, a estudiar, de fiesta, vuelve de fiesta,...
  • Cuantas parejas van de la mano, abrazadas, casi sin mirarse,...
  • En qué lugar hace las compras la gente mirando las bolsas que llevan
  • ...
Y luego la posibilidad de darles una vida. Inventar o tratar de descubrir qué hay detrás de esa persona, de dónde viene, a dónde va, por qué, con quién se va a encontrar, qué estilo de música va escuchando, si tendrá pareja, qué tipo de persona será su pareja, ...

Al final llegué a la conclusión de que, aunque tiene que ser un tostón estar tanto tiempo sin ver el sol, sólo viendo gente pasar y metros que llegan y se van, puede llegar a ser un trabajo interesante por un día o dos. Estaría bien que todos nos pudiéramos tomar un par de días de nuestra vida para mirar a los demás y darles una vida que, a la velocidad que nos movemos, ni siquiera nos planteamos que tengan. En el momento que nos montamos en el metro, en el autobús, o andamos por la calle, el resto de la gente se convierten en obstáculos móviles que hay que esquivar.

No hay comentarios: