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miércoles, 27 de febrero de 2008

63 casillas en espiral

El origen del juego de la Oca es incierto. Hay muchas teorías y leyendas relativas a su invención:
  • El asedio griego a Troya. Existe un disco de arcilla de forma circular, llamado Disco de Phaistos (1.700 - 1.580 a.C.). El disco tiene dibujada una espiral por cada cara con 31 y 30 casillas. Entre las casillas hay ocho que contienen dibujos de pájaros.
  • Jerusalén y los templarios. Una manera de recordar los caminos santos que la orden se encargaba de proteger, así como un manual de acceso a la orden.
  • Alemania en siglo XI.
  • Italia. En realidad no se considera el origen del juego como tal, aunque hay autores que sí lo localizan en la corte de Florencia, sino de su expansión. Durante el reinado de Felipe II Francisco de Médicis le regaló un tablero y unos dados. El juego tuvo mucho éxito en la corte y pronto superó al ajedrez en las cortes europeas.
  • En una entrevista a Toti Martinez de Lezea, autora del libro "El jardín de la Oca" ( el jardín de la oca corresponde al final del juego, la casilla 64 que no figura en el tablero) para el diario de Álava se dan más posibilidades (completa)
    Hay muchas interpretaciones. Una de ellas es que sería un tablero de adivinación. El juego de la oca como tal no aparece hasta el siglo XVI, pero parece ser que sí estaba antes y hay teorías que explican que los templarios lo trajeron de Oriente. El juego tiene 64 casillas, las mismas que un tablero egipcio en el que aparece una serpiente enrollada, las mismas que las del ajedrez, las damas y, más interesante aún, las mismas que un juego chino de hace 4.000 años que era un tablero de adivinación y que todavía se sigue utilizando.
La teoría de los templarios es la más extendida. Durante las cruzadas en 1.118 los caballeros del Temple en Jerusalén crearon el primer tablero de 63 casillas. Este camino de puentes, ocas, posadas,... se supone que marca las pistas de un camino iniciático para entrar en la orden. También se relaciona con los tesoros del Temple, debido a que las ocas se usaban en la antigua Roma como guardianes de la propiedad por el escándalo que organizaban ante extraños.

Existe una extendida teoría que relaciona el juego de la oca con el camino de Santiago, haciendo coincidir ocas con castillos o ciudades con presencia templaria, y el resto de casillas con lugares más o menos peligrosos para los hermanos. Siguiendo esta teoría se encuentra el libro Iacobus de Matilde Asensi, que relata el peregrinaje de un hermano de la orden de los hospitalarios, Galceran de Born, por el camino en busca de los tesoros de la, ya prohibida, orden del Temple. Un libro muy recomendable.

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1 comentario:

Masmi dijo...

Me flipan los temas que sacas cada día para escribir.