El agua. Esa combinación fantástica de hidrógeno y oxígeno que nos permite estar vivos. No sólo nos lo permite, sino que es fundamental para que lo estemos.
Nuestro cuerpo está formado por agua en algo menos de 3/4 partes. Al nacer tenemos entre un 75% y 70% de agua, pero lo vamos perdiendo con el paso de los años, hasta llegar al 60% en la edad adulta y un 55% los ancianos. El hombre tiene más cantidad de agua en su organismo que la mujer. Además del sexo y la edad, también el peso influye en nuestra cantidad de agua: tenemos menos agua cuanto mayor es nuestro peso. Es decir, las personas obesas tienen menos agua que las personas delgadas.
De todo ese agua que nos forma el 60% está en el interior de las células (agua intracelular) y el resto (extracelular) circula por la sangre, una red de unos 950 km. En el cuerpo no existe un depósito de agua; por lo tanto, las cantidades que se pierden cada 24 horas deben restituirse para conservar la salud y eficiencia.
A diario perdemos agua por la orina (aprox. 1500 ml), la respiración (400 ml), el sudor (350 ml) y las heces (150 ml). Estas cantidades deben ser recuperadas a través de la comida y la bebida. El cuerpo humano también es capaz de producir agua mediante el proceso de respiración celular, este agua recibe el nombre de agua metabólica. Un ser humano con una dieta normal produce un máximo de 300 ml de agua metabólica diaria. Nuestro organismo posee mecanismos para mantener constante el contenido de agua, el balance hídrico. La pérdida de un 20% de agua del cuerpo puede causar la muerte y una pérdida del 10% tiene como consecuencia alteraciones graves. Es posible sobrevivir varias semanas sin alimento pero no es posible sin agua.
La ración diaria de agua recomendada está relacionada con el peso de la persona y con su edad, variando desde 35 ml/kg de agua para adultos hasta 50-60 ml/kg de agua para niños. De esa ración diaria parte se obtiene a través de la bebida (el consumo de agua debe estar entre 1,5 y 2 litros diarios) y parte por alimentos que en su estado natural contienen grandes cantidades de agua. Por ejemplo la fruta y la verdura que son casi un 95% de agua. Pero también carnes, pescado, huevo, etc.. De esta otra manera, a través de alimentos sólidos ingerimos entre 1,5 y 2 litros diarios más.
En función de la estación (de la temperatura) la necesidad de agua varía. En verano se pierden más líquidos corporales, de manera que la necesidad de agua es mayor. En invierno la necesidad es menor pero hay que estar más atento debido a que nos volvemos perezosos en cuanto a hidratación se refiere, hay que aprovechar las sopas, caldos, infusiones, etc..
En nuestra vida eliminamos 25.000 l. 8000 l bebemos en un año. 18 días es el tiempo límite que se pude resistir sin beber agua.
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