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viernes, 10 de octubre de 2008

Souvenir

La palabra que suena tan bien tiene una traducción mucho más mundana al castellano: recuerdo, suena mucho mejor en el francés original, souvenir. En muchas ocasiones se compran como regalos para los que no han hecho el viaje, no sé si como muestra de cariño: te recuerdo aunque esté lejos; o como regodeo de que tú no has ido: aquí lo tienes que yo he estado allí y tú te tienes que conformar con esta cosa fea que te he traído.

En la gran mayoría de las ocasiones se puede convertir en un agobio para el viajero encontrar uno para llevar de regalo a quien quedó. Además de que está la duda de si merece la pena comprar el recuerdo en el primer momento, en los primeros días... o es mejor esperar al final y no ir cargado todo el tiempo con el trasto. En nuestro viaje a Japón compramos una pequeña bandeja el tercer día y nos recorrimos medio país cargando con la bandeja y pensando que nos la íbamos a cargar en cualquier momento. En Tanzania no perdimos el palote en tres ocasiones de pura casualidad...

Con una casa pequeña como la nuestra tenemos claro que no hay que comprar ni muchas cosas ni muy grandes, y el hecho de ir siempre con mochilas impide comprar cosas frágiles porque no hay cómo protegerlas. Así que, en la mayoría de los viajes que hacemos por España el único recuerdo que compramos es comida (quesos, embutidos, legumbres,...) que no se rompen y no ocupan durante mucho tiempo.

Por otro lado están los recuerdos que te llegan de los que se acuerdan de ti cuando están lejos. No todo el mundo tiene el mismo gusto... y un termómetro con una figurita de un delfín sólo le puede gustar a mi madre. ¿Qué regalo horrible te han traído y tienes escondido en el cajón?

10 comentarios:

Masmi dijo...

Pues mira, esto no lo hago yo. Jamas, jamas compro recuerdos. Me parecen horribles e inutiles.
Pero algo de comida del sitio si que puede caer ;-)

anselmo dijo...

Anselmopareja aun me odia por la cinta de fados que le traje de Portugal

Conxa dijo...

Yo si compro recuerdos, para mí y los mas allegados, procuro que sea pequeño, un detallito,que no pese,que sea razonable de precio. Y para mí siempre me traigo cosas,tengo la costumbre de traerme la bebida o licor típica de la zona.
Y estoy pensando lo mas feo que me han traido y no me acuerdo y seguro,seguro que hay algo por ahí.....

Estatekietecita dijo...

pues fíjate que a mi me pasa como a conxa, que seguro me han traido algo feo pero no me acuerdo.

Lo que sí te digo es que siempre nos acordamos de la gente (más cercana) y traemos algún detalle pequeño.

En mi caso, tengo una taza de cada ciudad que visito y me gusta coleccionar imanes para la nevera.

JAAC dijo...

Masmi es que traer comida de los sitios es ¡básico! Siempre que no hay que coger un avión la comida se viene en el tren o el autobúes con nosotros. Ocupa sitio durante muy poco tiempo... al menos fuera de nosotros :-)

JAAC dijo...

Anselmo yo encontré la excusa perfecta para "declinar" los regalos: una casa pequeña :-D

JAAC dijo...

Conxa, enhorabuena. O tus amigos te conocen muy bien o han acertado de pleno todas las veces. Bueno el licor o la bebida también es una forma de "comida", todos hacemos lo mismo al final.

JAAC dijo...

Estatekietecita nosotros al final hemos llegado a ser muy selectivos con lo que compramos: no cabe todo y tiene que merecer la pena, de todas formas suele caer algo de cada sitio.

BIRA dijo...

Hola Jaac, muy buen post. Y muy acertado. Muchas veces no sabes qué traer (de souvenir, digo), otras no sabes, efectivamente y como muy bien has dicho, dónde comprarlo si al principio o al final. A nosotros nos pasó en África, que al final del viaje volvimos a ver todooooooo lo que ya habíamos visto y a bastante mejor precio. Es lo que hay.

Lo del delfín casi me mata, porque estaba leyéndolo y te juro que veía la imagen (azul y blanco, como brillante).

Nunca me han traído un recuerdo horroroso de la muerte, pero sí recuerdo un regalo de cumple que no me gustó nada de nada. Era un taco de hojas, de estos para tomar notas, como puesto encima de un palé (de esos de transportar materiales). En un color marrón asqueroso, pero asqueroso de verdad. Era en papel reciclado y yo por aquel entonces sólo usaba pilots (porque aprieto mucho al escribir, y los demás terminaban escarallados) y las jodías hojas iban perdiendo partículas de papel y ala, hasta el boli dejaba de escribir.

Para colmo de males, mi amiga lo había comprado en una de las tiendas más caras y pijas de la ciudad. Hay que joderse.

JAAC dijo...

Tú lo has dicho Bira, es complicado el qué y el cuándo. Si lo haces los primeros días luego lo encuentras al final (más barato o al mismo precio) y te has pasado un montón de días cargando con el recuerdito.
En realidad los souvenirs horribles pueden ampliarse a cualquier regalo horrible. Es difícil decir que no te ha gustado nada y tienes que dejarlo "guardado" por si el regalador se pasa por tu casa y ve que no lo tienes "expuesto".

Con la edad se pierde lo bueno. Cuando era pequeño no tenía ningún problema en decir a la cara a los que traían los regalos (mis tíos habitualmente) que no me había gustado nada lo que habían traído :-) Lo que hace volverse más "político"