
La novela no tiene reseñas históricas más allá de las que se espera en cualquier historia situada en un tiempo real. Únicamente el holocausto y la operación tormenta del desierto nos sitúan en un lugar en el tiempo. Lugares geográficos hay muchos, desde Jerusalém a Washington D.C., pasando por Auschwitz. Pero tanto el tiempo como el espacio llegan a un punto más allá en esta obra de ciencia ficción. La religión tampoco tiene un papel fundamental, y los católicos ni aparecen.
Un rabino ortodoxo estudioso del código de la Torá, una científica y su ayudante trabajando sobre ondas, un vividor reportero de una revista de misterios de "andar por casa" y un agente del Departamento de Defensa acabarán unidos por el trabajo de Joseph Kobinski. Un rabino polaco, estudioso de la cábala y brillante físico, que escribió una fabulosa obra durante su estancia en el campo de concentración y de la que sólo se conservan fragmentos.
Aunque parte de la trama es "demasiado" ciencia ficción y la resolución final es un poco traída por los pelos (la autora se había metido en un importante jardín), es una novela muy llevadera, que puede llegar a provocar más de un pensamiento profundo respecto a la manera en que vivimos nuestra vida. Esto no hace que sea pesada, de hecho, puede usarse como un libro de "leer y tirar", sin más planteamientos.
2 comentarios:
Coincidimos en las impresiones,pero para mí,todos los libros son "leer"...y guardar",sin más planteamientos".
En general estoy de acuerdo con lo de guardar los libros leídos... pero sí que es cierto que hay algunos que es mejor olvidar que los has leído y otros que son como películas de mucho efecto especial que se disfrutan en el cine pero que una vez fuera no vuelven a recordarse.
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